Los directivos de empresa estadounidenses obtendrán este año sueldos y bonos de récord absoluto.
Algo más de la mitad de las empresas estadounidenses del índice S&P 500, unas 280, han hecho públicos los datos de remuneración de sus máximos responsables.
Los sueldos de los grandes directivos estadounidenses se dispararon un 20% en un año.
La remuneración mediana (esto es, la que separa el 50% de los sueldos más elevados del 50% de los más bajos) se situó en 2021 en 14,2 millones de dólares (respecto a 13,5 millones en 2020), según recoge el Financial Times. Otras fuentes indican que los sueldos de los grandes directivos estadounidenses se dispararon un 20% en un año.
Algunas de las remuneraciones más espectaculares son la del CEO del conglomerado mediático Discovery, David Zalav, que ganó 247 millones de dólares, o la del máximo dirigente de Amazon, Andy Jassy, que rozó los 213 millones de dólares.
Se trata de un crecimiento desproporcionado comparado con el incremento de sueldos durante el mismo período. Esto lo demuestra el hecho de que las ratios de sueldos de los directivos respecto al del trabajador mediano (una vez más, quien cobra más que el 50% de los trabajadores menos remunerados, pero menos que el 50% de los mejor pagados) también van por el camino de batir un récord histórico.
Este fenómeno se explica por varias razones, entre ellas la contención o recortes de sueldo (sobre todo sobre la parte variable de la remuneración) en 2020 a raíz de la pandemia, y el hecho de que actualmente el mercado bursátil siga en máximos históricos.
Sea como fuere, nunca había habido tanta desigualdad salarial entre los sueldos más altos y los sueldos de los trabajadores pertenecientes a las clases media y trabajadora.
En 2020, el ratio del sueldo del máximo dirigente respecto al mediano era de 192. Esto es, hace dos años un CEO cobraba 192 veces más que el trabajador mediano. En 2021, la diferencia se ha ampliado hasta 245. Se trata del mayor incremento anual de los últimos años y que supone una verdadera brecha salarial de consecuencias mucho más importantes que la que separa a los hombres de las mujeres.
Una de las empresas con un mayor ratio es Amazon. El CEO Andy Jassy cobró en 2021 6.474 veces lo que ganó el trabajador mediano de Amazon . El ex director ejecutivo y fundador de Amazon Jeff Bezos ganaba tan sólo 58 veces más que su trabajador mediano. Aunque cabe añadir que la fortuna de Bezos provenía no de su salario sino de las acciones de la empresa, que no estaban contabilizadas en la remuneración.
Paradójicamente, la presión para reducir los sueldos y bonus de los directivos no proviene de personajes del progresismo político, sino de los propios inversores.
Por ejemplo, tan sólo un 64% de los inversos de Apple votaron a favor de la remuneración del CEO de la empresa, Tim Cook. En otros casos, como General Electric, la cúpula accedió a recortar drásticamente el bonus a su máximo directivo, Larry Culp, tras protestas enérgicas de los inversores.
Cabe preguntarse pues, en un contexto de desigualdad crecientes y con un fondo de crisis acumuladas, ¿Qué estando haciendo las izquierdas, que ideológicamente y culturalmente dominan el paisaje?
Parece que a la progresía occidental le interesan más los derechos de las minorías sexuales y étnicas, supuestamente oprimidas, que las desigualdades económicas.
El gran compromiso de la presidenta de Disney es que al menos el 50% de sus personajes pertenezcan a los grupos LGBTQ+ o a las minorías raciales
El caso de Disney es paradigmático. El gran compromiso de la presidenta de Disney, Karey Burke, es que al menos el 50% de sus personajes pertenezcan a los grupos LGBTQ+ o a las minorías raciales.
En un gesto anti-democrático, Burke también se ha comprometido a forzar al estado de Florida a abolir la ley que prohíbe la enseñanza sobre las orientaciones sexuales y la identidad de género.
Defender a las minorías desfavorecidas es la coartada perfecta para muchos altos ejecutivos: les permite ganar la aprobación mediática y un sello “LGBTQ friendly” o “Black Lives Matter” sin poner en peligro sus privilegios económicos exorbitantes.
Mientras, la progresía norteamericana sigue sin interesarse por las desigualdades económicas. De hecho, como Converses explicaba, el Partido Demócrata ha dejado de ser el partido de los trabajadores estadounidenses para pasar a defender a grupos mucho más particulares.
En España, el caso del “gobierno más progresista de la historia” es igualmente revelador al disponer de un “ministerio de la igualdad” que no cuenta con ninguna competencia económica .
Nunca hubo tanta desigualdad salarial entre los sueldos más altos y los sueldos de los trabajadores pertenecientes a las clases media y trabajadora Share on X
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