Aunque sea muy grave, el problema determinante de la invasión de Ucrania es el riesgo de una guerra nuclear porque sería un golpe definitivo para la humanidad.
Las consecuencias serían devastadoras y globales. La explosión de varios artefactos nucleares tendría consecuencias que cuesta imaginar. En primer lugar, la onda de choque y el calor de la detonación de un arma nuclear podría poner fin a la vida de millones de personas en el entorno en el que impactara. Sin embargo, éste no sería el único efecto, porque sus consecuencias se extenderían por todo el mundo.
La primera de estas consecuencias es la lluvia radioactiva nuclear. El polvo radioactivo de las bombas se eleva a la atmósfera y se distribuye a grandes zonas del mundo, cayendo posteriormente y causando víctimas mortales por la radiación a corto y largo plazo, como a pequeña escala se vio en Hiroshima y Nagasaki. Sin embargo, hay una segunda consecuencia global tanto o más devastadora. Es el llamado “invierno nuclear“. Las altas temperaturas que se dan en los lugares donde ha habido explosiones de estos ingenios hacen que corrientes de aire caliente de aquellas zonas asciendan hacia la atmósfera hasta la estratosfera y aquí se extienden por todo el planeta a gran altura muy por encima de las nubes y, por tanto, la lluvia no puede arrastrar estas partículas. El resultado es que permanecen en suspensión durante años y bloquean la luz del sol, oscureciendo el cielo y enfriando el planeta. Se calcula que una guerra nuclear a gran escala puede conducir a una disminución de 20 o incluso 30 grados centígrados. El resultado es que durante años los vegetales no podrían reproducirse y la producción mundial de alimentos colapsaría. La consecuencia es que miles de millones de personas morirían de hambre .
Este es el escenario de una guerra nuclear. Destrucción directa en las zonas donde reciben los impactos, lluvia radioactiva extendida por todas partes, invierno nuclear y carencia de alimentos en el conjunto del mundo. La posibilidad es terrorífica y el riesgo es real. La catástrofe puede producirse por una acción deliberada, pero el mayor riesgo obedece a que, en situaciones de tensión bélica se pueden producir accidentes y errores que envíen señales equivocadas al adversario, que dé por ejemplo por iniciado un ataque nuclear cuando éste no se ha producido o para que se interpreten incorrectamente señales en el mismo sentido.
El problema de fondo en el caso de la invasión de Ucrania es que mientras Rusia posee un ejército convencional que no le convierte en una gran potencia, es muy inferior al de la OTAN e incluso al de los países europeos sin EEUU, en contrapartida, es la primera potencia nuclear con 4.477 cabezas de este tipo en 2022. EEUU dispone de 3708 cabezas nucleares, China de 350, Francia de 290, Pakistán de 165, India de 160, Israel de 90 y Corea del Norte de 20.
Evidentemente para provocar una catástrofe global sobran ingenios nucleares por todos lados, y uno solo de estos países, ya no digamos Rusia o EEUU, podría provocar un descalabro para la humanidad.
En el caso de Rusia es importante evitar que su complejo de país agredido llegue al extremo de encontrarse anclado en una situación que crea sin salida, o más probable, que se produzca el error humano que todos los expertos consideran que es la causa más probable de una guerra nuclear. La guerra de Ucrania no debería servir solo para recuperar la paz y buscar la reconciliación, sino también para abordar de una vez por todas la desnuclearización de toda la tierra. Y esto solo es posible si EEUU, Rusia y China se ponen de acuerdo para forzar la mano al conjunto de países.