Uno de los secretos mejor guardados de los partidos políticos es el coste de las campañas electorales, y uno de los tabúes es conocer cuál es el coste de conseguir un voto. Dicho de forma bestia, podría ser a cuánto va el kilo de elector.
Hemos podido conocer los órdenes de magnitud, que no las cifras exactas, del gasto de los tres primeros partidos. El PSC fue el que con diferencia dispuso de un presupuesto más holgado, lo normal en un partido que gobierna en el estado. Pudo afrontar las elecciones con 2 millones de euros de recursos. ERC le sigue, pero a mucha distancia: la mitad, porque dispuso de 1 millón de euros. En tercer lugar se sitúa JxCat con una cifra algo más modesta, 740.000 euros.
Como los votos en esta ocasión fueron escasos, dada la deserción de los votantes, el coste por voto ha sido astronómico, especialmente en el caso socialista porque le sale a prácticamente 3 euros (3,06) por elector. Realmente se necesita ser millonario para competir en estas condiciones. ERC lo consigue a un precio inferior, 1,65 euros, y JxCat mejora la marca con 1,3 euros.
Esto quiere decir que un partido que aspire a tener representación parlamentaria, que variará según la participación, pero digamos que quiere alcanzar como meta 150.000 votos, no puede pensar en concurrir a las elecciones con menos de 200.000 euros, porque si no dispone de un mínimo de recursos, y también, como es lógico de una cierta implantación y buen planteamiento, la broma le puede costar muy cara. Por ejemplo, el PNC se atrevió a concurrir a los comicios con poco más de 20.000 euros de presupuesto, una cifra realmente muy baja, sólo logró 5.000 votos y, por tanto, el coste de cada uno de ellos se sitúa por encima de los 4 euros, Mucho más del ya de por sí elevado coste socialista. Está claro que en este último caso, este partido quedó excluido de todos los debates y de la publicidad gratuita que los otros tenían, y esto hacía aún más difícil llegar al elector.
Para resumir: para hacer política se necesitan muchas virtudes y aciertos, pero a estas alturas se necesita también dinero. Y ya hemos visto en qué cantidades se mueve la cuestión, y se necesita más dinero cuanto más pequeña o más nueva es la formación política que se presenta.