El estado de alarma establecido por el gobierno español, con la novedad del toque de queda, aumenta el dramatismo de la situación al poner de manifiesto que otra vez la Covid-19 ha desbordado las administraciones públicas.
En el caso concreto de Cataluña, las medidas son más duras que en el resto de comunidades, incluso aquellas que como Madrid presentan situaciones más graves. Ninguna otra autonomía combina el toque de queda a las 10 de la noche en lugar de las 11, que establece como criterio general para toda España -si bien cada autonomía puede avanzar y retrasar una hora la medida- con la persistencia en el cierre de bares y restaurantes. Sólo Castilla y León también confina a la gente en su casa a partir de las 10, en contrapartida los bares y restaurantes permanecen abiertos con limitaciones. Hay comunidades que han optado por confinamientos perimetrales, como es el caso de Aragón, con las tres capitales, y de Navarra y La Rioja cerrando toda la región.
Después de siete meses de vacilaciones y cambios, finalmente el gobierno Sánchez y el ministro Illa han establecido un marco de indicadores para todo el estado. Se han fijado 5 niveles de alerta y al mismo tiempo 5 indicadores para cada nivel: incidencia por cada 100.000 habitantes durante los últimos 14 y 7 días, porcentaje de positivos en las pruebas PCR, camas hospitalarias y de la UCI ocupadas por enfermos de Covid.
De acuerdo con estas medidas, Galicia es la que presenta mejores resultados para los 5 indicadores, 3 están en nivel verde claro, es decir, una baja incidencia, son los positivos, camas ocupadas en hospitales y UCI. Los otros dos que afectan en incidencia de la pandemia se encuentran en situación alta. También la Comunidad Valenciana presenta perfiles razonablemente buenos, al menos comparados con el resto, junto con Baleares y Canarias. Madrid presenta 3 de los 4 indicadores con un nivel extremo y otro alto. Y Cataluña presenta 3 niveles extremos y 2 altos. Lo más preocupante de todo en estos dos casos es por un lado la elevada ocupación de las UCI, y por otro el crecimiento en los últimos 7 días. Y en este sentido es más preocupante la cifra de Cataluña, 233 casos, que la de Madrid, 212 casos, con una tendencia al alza en el caso catalán y manteniendo la tendencia en el caso de Madrid.
Se dictan medidas cada vez más duras que tienen consecuencias en la vida social y económica de las personas. Se adoptan evidentemente porque la enfermedad y la muerte no prosperen. Pero no es suficiente, nadie, ni en España ni en Madrid ni en Barcelona, nos ha explicado porque ha sucedido todo esto Más allá de presentarnos imágenes de fiestas o de personas sin mascarilla, necesitamos que nos demuestren que saben que el coronavirus se ha propagado en la forma que lo ha hecho porque si no lo saben y disparan al por mayor, harán tanto daño como bien. Y además no sabrán qué deben subsanar para mejorar la situación.
Parece claro que una de las causas es la baja inversión española, que está a la cola de Europa con 3.056 euros per cápita de gasto sanitario total. Es decir, tanto público como privado. Este es un hecho evidente, pero hay que advertir que países que están mejor o mucho mejor que nosotros, como Portugal, Grecia y Hungría, tienen un gasto significativamente menor, por lo tanto este es un capítulo de la explicación que en todo caso las autoridades deberían confirmar, pero no es el único. Es evidente que el elevado gasto sanitario en Alemania y en Suecia ha actuado como un freno, pero también es muy alto en los Países Bajos y Bélgica y su situación es francamente mala. Alemania gasta 5.617 euros por persona, Suecia 4.887 euros, pero los Países Bajos gastan prácticamente lo mismo con un resultado en el caso del coronavirus mucho peor.
En el caso de España, Cataluña se sitúa en la banda baja del gasto, (1.432 euros por persona). Detrás nuestro sólo hay Andalucía (1.212 euros por persona), Madrid (1.274 euros por persona), Canarias (1.399 euros por persona), Baleares (1.407 euros por persona), y la Comunidad Valenciana (1.416 euros por persona). Pero aquí también encontramos la no concordancia entre gasto y resultados. Galicia gasta algo más que Cataluña, 1.491 euros por persona, y la Comunidad Valenciana, como ya hemos visto, menos, pero sus resultados son claramente mejores, y ello sin citar a los dos archipiélagos por su condición de islas. Navarra, que está en el top 10 del gasto, tiene una situación absolutamente descontrolada y es que además del dinero necesario, hay también la capacidad de organización, de gestión, de ejecución y el acierto en la estrategia a seguir. Y en estos capítulos, la capacidad de nuestras autoridades ha revelado penosa.
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