Cataluña aún no ha restablecido la normalidad en temas de gasto medido a través de los registros que proporcionan el uso de las tarjetas de crédito. El problema se ha visto acentuado por el golpe a la restauración, bares y restaurantes, y la cadena que arrastran. Por ejemplo, un sector industrial como el de la producción de cerveza, que tiene en general mercados muy regionalizados ha sufrido un golpe muy duro para la actividad localizada en Cataluña, como es el caso de la Damm. Transportes, servicios de taxi, productores alimentarios, todos estos grupos de actividad se añaden al del sector de la restauración con un agravante: nunca se piensa en ellos para adoptar medidas paliativas. La Administración, la Generalitat, en este caso, actúa ignorando las estrechas interrelaciones que existen en el ámbito económico.
El lugar donde la afectación es más importante es en la ciudad de Barcelona, que sigue siendo el agujero negro porque registra un nivel de transacciones comerciales del 75%, claramente inferior al del conjunto de Cataluña. Pero es que además esta cifra media es engañosa porque encubre grandes diferencias. De hecho el 75% se debe sobre todo a que la alimentación se sitúa muy por encima del gasto del año pasado. En otros términos, esta crisis está favoreciendo a la tienda de proximidad en primer lugar y también a las grandes superficies, que están en el 131% como conjunto. Pero la restauración está sólo en el 34%, cifra lógica dado el cierre y su limitación a la venta de comida para llevar, los hoteles se sitúan en el 9%, las tiendas de ropa en el 66%, y el transporte en el 75%. Estas cifras ya muestran donde están los daños más importantes. El peso de la alimentación en Cataluña y en Barcelona se sitúa muy por encima de la media española, que está al 115% de la del año pasado. Como siempre a escala catalana un indicador de la normalidad es el gasto en gasolina y transportes, que ahora está en el 70%.
Naturalmente, el indicador a través del uso de las tarjetas de crédito nos da una visión aproximada que tiene la virtud de situar el escenario casi en el momento presente, por ejemplo los datos que hemos dado corresponden al escenario del día 20 de este mes, pero tienen el inconveniente de que no recogen ni de lejos el conjunto de las transacciones económicas, sólo aquellas que afectan a la actividad comercial más pequeña y no las grandes transacciones. Hay que añadir que la situación de Madrid era peor que la de Barcelona, si bien más equilibrada en el sentido de que su nivel de gasto con relación al año pasado es del 67%, pero las actividades comerciales más perjudicadas presentan niveles de gasto más altos que los de Barcelona, sobre todo en restauración, que se sitúa en el 54%. El confinamiento perimetral de Madrid se hace notar en otros dos sectores, el de las gasolineras, 34%, y el de los hoteles 10%, prácticamente al mismo nivel que Barcelona ciudad.
En cuanto al conjunto de la Comunidad de Madrid, el nivel de transacciones es más elevado y llega al 77%. Aun así está claramente por debajo del de la provincia de Barcelona y del de Cataluña, que va acercando su gasto a los niveles que tenían un año atrás.