La encuesta que realiza cada trimestre el Ayuntamiento de la ciudad muestra claramente que Barcelona vive una intensa y silenciosa crisis política. La crisis de la inanidad
El partido de Colau, BComú, es la primera fuerza con sólo el 13,9% de los votos. La coalición gobernante, con el añadido socialista, alcanza sólo el 24,2% de los votos. Menor representatividad imposible.
Pero es que las otras fuerzas presentan un grado de depauperación muy notable. JxCat 4,2%, CUP 3,1%, Cs 1,1%, PPC 0,6%, y Valls 0,1%. La única excepción es ERC que alcanza el 13,1%.
En realidad la primera fuerza con diferencia de la ciudad la forman aquellos que afirman que no saben a quién votar, porque representan el 28%. Mientras que el 10,35% no quiere contestar a quién votará, y aquí sin duda hay una parte de voto oculto.
La debilidad de los partidos políticos del consistorio, incluso aquellos que ganan, es patente, si bien dentro de esta debilidad hay que señalar que esta no es tal en el espacio del progresismo que configuran BComú, ERC, PSC y CUP, que sumados reúnen el 39% de los votos. En un determinado sentido, son cifras que no se pueden sumar políticamente. Pero en otro, el que podríamos llamar proyecto cultural, sí que forman parte del mismo espacio. Con los datos en la mano, nada que no responda al criterio independentista, y aún más al progresismo, no tiene nada que decir, o eso parece, en Barcelona. Gran paradoja! Lo que triunfa en Europa, al que en España, Cataluña, Barcelona le debe la vida (el espacio Merkel) no tiene ninguna presencia en la capital de Cataluña.
Colau no llega a aprobar con un 4,9 de nota, y Valls, lo que en su momento fue la esperanza blanca de todo un sector que siempre busca algún enviado de los dioses, en lugar de construir proyectos en la tierra, obtiene un desolador 3 y es el peor clasificado de todos. Por detrás incluso de Bou, el representante del PPC que habitualmente en los rankings de la ciudad ocupa la última posición. Con todo, la valoración del gobierno municipal es positiva en el sentido de que un 46% la considera buena o muy buena, mientras que el 37% opina lo contrario. Esta misma calificación se decanta por el lado negativo cuando la pregunta se refiere al gobierno de Cataluña, 44% de negativos, y aún más el del gobierno Sánchez, con un 53% de la población de la ciudad que valora como mala o muy mala su gestión.
En realidad la primera fuerza con diferencia de la ciudad la forman aquellos que afirman que no saben a quién votar, porque representan el 28% Share on X