Durante los dos meses de confinamiento, miles de mensajes y vídeos se han propagado rápidamente por la red. El contenido es un conjunto de informaciones que acusan a la tecnología 5G de ayudar a transmitir el coronavirus por el mundo. Al igual que el virus, el miedo se ha extendido por Europa, llegando incluso a provocar ataques contra antenas telefónicas.
El último caso ha sucedido en el Reino Unido, donde dos torres de telefonía han ardido de forma intencionada. Según estos bulos, las antenas 5G debilitan el sistema inmunológico de la población, acelerando los efectos del virus en los más débiles. Otros, incluso, llegan a creer que es la propia red de telecomunicaciones inalámbricas la que realmente está transmitiendo el coronavirus.
A pesar de que, a priori, puedan parecer teorías poco creíbles, en las redes parece que no son pocos los que acaban creyendo en estos bulos. Esta dudosa teoría ha ganado fuerza desde que un médico belga relacionó los «peligros» de la tecnología 5G con el coronavirus durante una entrevista en enero. El vídeo del supuesto sanitario será eliminado según Youtube por la vinculación del 5G con el nuevo coronavirus. Como daño colateral, youtubers famosos se quejan de que, por el hecho de mencionar el virus en sus vídeos, la plataforma los desmonetiza sistemáticamente para evitar la propagación de más bulos.
Es importante saber que no toda la red 5G es igual. En realidad se puede hablar de varios tipos de redes 5G. En el Plan Nacional 5G 2018-2020 del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital se concretan tres tipos de redes 5G según el tipo de intensidad de frecuencia en el espectro radioeléctrico.
Las de baja frecuencia, menos de 1 Ghz, se implantarán en España en la banda de los 700 Hz. Son las que permiten una mejor cobertura en interiores de edificios, pero su velocidad es menor. Las de frecuencia media, que oscilan entre los 3,4 y los 3,8 Ghz, permiten una transmisión de datos mucho más alta y serán las que se impongan en España a corto o a medio plazo. Finalmente está el 5G ultrarrápido de la banda de altas frecuencias, de 6 Ghz en adelante. Cuya llegada no está prevista por el momento a España.
Ante tal desinformación, una gran cantidad de organismos científicos han lanzado mensajes de calma. La Agencia Australiana de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear, por ejemplo, ha declarado no tener los efectos negativos para la salud en el caso de radiación más intensa. «La radiación puede entrar en contacto con la piel, por ejemplo, cuando ponemos un teléfono móvil 5G en nuestro oído para hacer una llamada. Esto es cuando estamos más expuestos a la radiación no ionizante. Pero esta exposición está muy por debajo del nivel de seguridad recomendado. La radiación 5G no puede penetrar la piel ni permitir que un virus penetre en la piel. No hay evidencia de que las frecuencias de radio 5G causen la propagación del coronavirus», han afirmado a los medios de comunicación.