El problema central de España, al menos hasta el 12 de marzo, radicaba en no haber conseguido reducir el número R de contagios, la probabilidad de que un contagiado transmita el virus a otras personas. Este valor fluctúa cada día y con el tiempo.
En el caso de España entre 1,9 y 5,6, con el valor más probable de 3, era el único caso junto con los Estados Unidos, que tampoco conseguía la reducción. Italia ya está por debajo de 2, pero claro, la cifra sigue disparándose con estos números. Corea del sur con el uso masivo de test está en 1, y había empezado el control, y China en 0,5, con lo cual la enfermedad se está retirando La cifra española no ha variado desde finales de febrero. Lo que han hecho no ha servido de nada y explica la situación en que nos encontramos.
El 7 de marzo, el diario El País y a toda página, señalaba: La magnitud de la epidemia sigue oculta. Expertos aseguran que con más exámenes clínicos el número de positivos crecería. Por consiguiente, desde principios de marzo había una conciencia clara de que la mayoría de casos eran desconocidos por falta de una intervención proactiva. El día antes, el mismo periódico ya informaba a toda página que las primeras muertes en España destapan que existen casos ocultos ninguno de los 3 fallecidos había sido diagnosticado por el coronavirus lo que indica que el patógeno lleva al menos 4 semanas circulando sin ser detectado Esto nos situaría a principios de febrero, lo cual deja muy mal parada la política desarrollada y las comparecencias informativas del coordinador de la campaña.
La importancia negativa de este desconocimiento lo atestiguan los focos que explotan de repente, como el caso del súper contagio en un funeral de Vitoria celebrado a finales de febrero, y cuyo impacto se conoció el 7 de marzo, con 60 de los asistentes infectados, o los más trágicos focos en residencia asistidas, o la súbita explosión de Igualada que afecta una zona de 70.000 habitantes.
Que nadie se engañe. El confinamiento no va a limitarse a 15 días, va a durar más, incluso algunas voces ilustradas como la del ex ministro de Justicia Tomás de la Cuadra- Salcedo, lo alargan hasta los 3 meses.
Hay que decir con claridad que, si bien el confinamiento es necesario, y que debería haberse producido antes cerrando Madrid, La Rioja y el País Vasco, y no haberlo hecho es una irresponsabilidad de graves consecuencias, también hay que afirmar con claridad, que el solo confinamiento no basta. Primero, porque no se puede alargar indefinidamente. Segundo, porque su daño económico es brutal y sus consecuencias pueden ser mayores que las de la pasada crisis. Y tercero y definitivo porque como afirma la Organización Mundial de la Salud por sí solo no basta. La advertencia y su reiteración hacia España es clara y notoria.
Es necesaria una intervención activa para detectar los focos con portadores asintomáticos, y esto sólo es posible utilizando aquello que España ha hecho en medida muy escasa: las pruebas de coronavirus, uno de los fundamentos del éxito de Corea, Taiwan y Japón. Esto y todas las medidas activas que contribuyan a la detección inmediata y dificulten la cadena de contagio.
El solo confinamiento no basta Share on XEn este sentido, hay que insistir como medida primaria, pero con capacidad masiva de uso, la aplicación de los termómetros láser, otra carencia española, la limpieza y desinfección masiva de los espacios públicos de mayor uso que no puede limitarse al empleo de unos pocos soldados, cuyo resultado sirve para las televisiones, pero resulta insuficiente para abordar la enfermedad. En definitiva, necesitamos una detección anticipada de los focos y la ruptura de cadenas de transmisión a ellos conectadas.
Más información sobre el coronavirus en ESPECIAL CORONAVIRUS