No son únicamente el personal sanitario, la gente enclaustrada de la Conca de Òdena, las personas mayores que son los que presentan tasas de mortalidad del 30% y 40%, sino también la policía que se queja por la falta de medios (Nota de premsa USPAC ) con los que tienen que hacer su trabajo.
Las carencias principales se concentran en la no realización de pruebas de contagio por Covid-19. Este es uno de los hechos que está produciendo más malestar a las partes. Mientras que los miembros del gobierno, familiares, amigos, conocidos y saludados, han tenido acceso a las pruebas, a la gente de primera línea como los Mossos ni se les ha hecho, ni está previsto que se les haga.
La segunda gran cuestión es la falta del más elemental equipo de protección como las mascarillas, aunque algunas actuaciones conllevan un estrecho contacto con personas ajenas, como en los casos de detención.
Un tercer problema es el de los agentes que presentan síntomas, pero continúan haciendo servicio con otros compañeros del cuerpo.
Un cuarto problema es la falta de desinfección sistemática de los vehículos policiales. Con todo hay que decir que, como en el resto de casos, una parte importante del peligro radica en los agentes asintomáticos que transmiten la enfermedad sin saberlo, un problema que remite al primero de los puntos señalados: la falta de pruebas de infección. Al actuar de este modo, la dirección política del departamento está exponiendo en riesgo que dentro de unos meses, el cuerpo de Mossos quede diezmado por las bajas con lo que ello conlleva de riesgo para la seguridad de Cataluña, y que algunas comisarías se conviertan en foco, y consecuentemente deban ser clausuradas.
Cataluña no necesita discursos sobre las competencias y el autogobierno Share on XMás información sobre el coronavirus en ESPECIAL CORONAVIRUS