- El plan Cerdà y, con él, el ensanche, ha sido y es un urbanismo de éxito. Ha puesto a Barcelona en el mundo por el progreso urbanístico. Ha funcionado bien a lo largo de 165 años, a pesar de las grandes transformaciones producidas. Un modelo de éxito no puede ser destruido.
- El plan Cerdà y el ensanche tienen un fundamento: traslada la idea de igualdad a la estructura urbana, atenuando la división social del espacio. Está formado por una estructura isomorfa con calles de 20 metros con unas pocas vías excepcionales de 50 metros en su seno. No existe una ciudad de primera ni de segunda. Toda es igual.
- Los chaflanes en diagonal hacen más funcional la carga y descarga y favorecen la movilidad.
- Todas las nuevas exigencias de nuestro tiempo: más verde, menos contaminación y coches, mejores condiciones peatonales, etc. pueden alcanzarse dentro de la lógica urbana del plan Cerdà.
- La supermanzana del Eixample significa su destrucción porque liquida la esencia del plan Cerdà: La igualdad en la estructura urbana y en la movilidad, crea una ciudad de primera, la de los ejes verdes, y una segunda las otras vías que acumularán todo el tráfico desplazado.
- Los ejes verdes, como los que ahora se están haciendo en Consell de Cent, Girona y Comte Borrell, ocuparán 1 de cada 3 calles del Eixample. No circularán coches, dispondrán de simulacros de verdes y harán imposible o muy difícil la carga y descarga de personas y cosas.
- Las dos terceras partes de las calles restantes concentrarán todo el tráfico de la ciudad, vehículos privados, taxis, transporte de mercancías, transporte público, bomberos, ambulancias, carga y descarga. Significará el colapso circulatorio y mayor contaminación y ruido. Se producirán unas peores condiciones de vida para la mayoría de gente que vive en el Eixample.
- Pero los ejes verdes sufrirán, además, unos efectos perversos. Tendrán un coste de mantenimiento mucho más elevado y si no se realiza se degradarán. Como ya ocurre con parques de la pequeña manzana de Sant Antoni. La recogida de basura será más difícil. Se gentrificarán en gran parte, como vemos en Sant Antoni. Se expulsará comercio local, pero no está nada claro que todo pueda ser sustituido por el comercio fruto de la gentrificación. Este espacio sin coches será la vía privilegiada que colonizarán bicicletas y patinetes en detrimento de los peatones. Será una zona ideal para realizar botellones y fiestas nocturnas, así como un espacio resguardado donde se concentrará buena parte del millar de personas sin techo que hay en Barcelona.
- El empeoramiento del Eixample no afectará sólo a la ciudad, sino al conjunto del área metropolitana e incluso al entorno más amplio catalán, porque la mayor parte de vehículos que circulan por él proceden de fuera de Barcelona. Son desplazamientos obligados por razones de trabajo. Según la última encuesta del RACC, la mayoría de conductores que circulan proceden de fuera de Barcelona. Solo un 21%, por tanto, 1 de cada 5 vehículos, es de la ciudad. El 43% procede del área metropolitana de Barcelona y el otro 35% de la región metropolitana.
- En ese momento Barcelona, según los datos de la Dirección General de Tráfico, es la capital de España que registra una mayor pérdida de tiempo de viaje, un 28% sobre el estándar. Y es la 62a ciudad del mundo más congestionada. Madrid cuya infraestructura facilita el uso del coche y presenta una relación mucho mejor, sólo tiene un incremento del 23%. Esta congestión del tráfico también se ve afectada por los taxis y el transporte de mercancías. Y el conjunto hace más difícil un buen funcionamiento del transporte público.
- La pérdida de productividad, que es un factor importante. Así, para Londres se ha calculado que esa pérdida es de 10,7 euros por hora perdida. La cifra, si se considera la cantidad de horas por vehículo que circulan a lo largo del día en períodos de congestión, es astronómica. En el caso de Londres asciende a 10.000 millones de euros.
- La supermanzana significa destruir la base económica de Barcelona. El desarrollo económico de una ciudad se fundamenta en su base económica y, de manera especial, sobre lo que se llama su base exportadora, definida por la producción de bienes y servicios que son consumidos por personas que no viven en la ciudad y que, o bien se desplazan a ésta para adquirirlos, o bien, los bienes son trasladados y consumidos fuera de la urbe. Las grandes ciudades tienen potentes bases exportadoras. Y hoy básicamente son de carácter terciario. Existe una estrecha relación entre base económica y movilidad, configurando un sistema en el que cada una de las partes está vinculada a la otra. La supermanzana, al liquidar de forma radical el modelo de movilidad del Eixample, destruye a la vez la base económica exportadora vinculada a él. Solo se salva el turismo, que precisamente es la actividad terciaria exportadora que genera menor productividad y que, cuando alcanza niveles masivos, es portador de graves problemas y deseconomías a escala.
- El desequilibrio que introduce la supermanzana exige, como estamos viendo en Sant Antoni y su entorno, un plan de usos tan coercitivos que se convierte en una especie de planificación centralizada de la economía urbana, utilizando el espacio y su control como sustituto del mercado. Esta planificación centralizada deberá extenderse al conjunto de la supermanzana y a su radio de influencia, es decir, a la mayor parte de Barcelona. Tendremos de esta manera una ciudad burocratizada económicamente que funcionará al margen de todo criterio de mercado.
- Un cambio tan radical como la supermanzana no puede emprenderse sin que los ciudadanos dispongan de una información completa: un gran diálogo previo, una consulta ciudadana y la tramitación con garantías de la modificación urbanística, porque se trata de una reforma del plan general de urbanismo.
La supermanzana tal y como se está ejecutando es un fraude a la democracia en la ley, y a las garantías de los ciudadanos.
- Necesitamos información sobre el coste de la supermanzana y su mantenimiento .
- ¿Es cierto que constará al menos 700 millones?
- Cómo afectará en términos concretos a la movilidad, a la contaminación y al ruido suprimir 1/3 de las calles para convertirlos en ejes verdes.
- Qué y cuántas actividades económicas se verán afectadas y qué pasará con el empleo.
- Hay que añadir además otro coste olvidado, el del tranvía por la Diagonal y la previsión sobre si su gestión será pública o privada. Y las consecuencias en cada uno de los dos casos.
- La supermanzana de Colau es una contradicción con su gestión real de la ciudad porque:
- Nunca las zonas verdes habían estado en tan mal estado y descuidadas.
- Nunca se han plantado tan pocos árboles y se ha descuidado la sustitución de los que han muerto.
- La contaminación de Barcelona sigue siendo grave.
- Nuestras calles son más inseguras que nunca.
- En el ámbito de la seguridad ciudadana, y desde el punto de vista del peatón, porque patines y bicicletas han colonizado su espacio.
- Colau aplica un viejo método de la mala política, puesto que no sabe resolver la gestión diaria y tira por elevación, y nos presenta la imagen coloreada de una ciudad rural.
- No se puede confundir la supermanzana con las finalidades generales que anuncia. No hay discrepancia en que queremos una ciudad más verde, una atmósfera más limpia, unas calles con menos coches y menos ruido, una mayor seguridad en todos los órdenes a la hora de ir por la calle. Lo que ocurre es que ni Colau demuestra que sabe hacer estas cosas en la vida cotidiana, ni la supermanzana es el camino para conseguirlo. En realidad lo que sí va a provocar es un decrecimiento económico de la ciudad y lo que esto significa en el ámbito de las empresas y los puestos de trabajo. La supermanzana es la herramienta para conseguir que Barcelona decrezca.
- Hay otros modelos a partir del plan Cerdà que permiten mejorar la ciudad sin el destrozo y las incertidumbres de la supermanzana. En realidad, si Colau adoptara una posición racional con su proyecto, éste debería venir precedido de un nuevo modelo de transporte público, al menos de ámbito metropolitano, si no catalán, que debería garantizar la reducción del exceso de vehículos de la ciudad en 1/3 parte. Porque tenían una buena opción en el transporte público, pero, claro, este enfoque es como mínimo el trabajo de una década y Colau necesita cromos para presentar en las próximas elecciones.
- Al gran daño que provoca la supermanzana se añaden otras iniciativas desnortadas, como la ya apuntada del tranvía por la Diagonal, al que hay que añadir la transformación en curso de la Via Laietana, el traslado del Hospital Clínic fuera del Eixample, la existencia de carriles bici inadecuados, como el que se está haciendo en la Vía Augusta, la liquidación de un tramo de la Ronda de San Antonio, la mayor parte del urbanismo táctico, entre otras cuestiones.
Los ciudadanos deben conseguir de los partidos políticos un consenso sobre unos puntos fundamentales. Converses a Catalunya plantea 6 y tiene una campaña de recogida de firmas en marcha.
- Reversión del urbanismo táctico tal y como se ha aplicado
- Recuperación de Consell de Cent y su retorno a ser una calle del Eixample liderando las aceras, el pavimento, el arbolado y el mobiliario urbano.
- Dejar sin efecto todo el proyecto de la supermanzana
- Y en el mismo sentido, en cuanto al tranvía por la Diagonal
- Si es necesario, someter a consulta ciudadana el próximo mandato ambas iniciativas, previa información de sus consecuencias
- Definición de una alternativa en el marco del plan Cerdà para mejorar las condiciones de salud, calidad del aire, movilidad, seguridad, limpieza, mejora de la actividad económica y de la calidad de vida.
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Las illas son un desastre