En vez de alimentar constantemente el resentimiento, Reilly busca ofrecer una perspectiva inspiradora para los afroamericanos, distinta de la propuesta por el progresismo. Un relato que subraye el hecho de que «a pesar de sus defectos, los Estados Unidos, como Gran Bretaña o Francia, son sociedades muy positivas comparadas con el 99% restante que ha existido históricamente».
Reilly parte de una premisa que puede parecer obvia, pero que está cada vez más en cuestión en los Estados Unidos: la esclavitud no ha sido ni mucho menos el principal factor definidor de la historia de América.
Según el académico, mientras la esclavitud existió en los Estados Unidos hubo también un movimiento para su abolición, integrado por negros y blancos. Esta fue definitivamente abolida en 1865, en una guerra destructora que condujo a la muerte a una cuarta parte de la población adulta masculina de los estados confederados, defensores (entre otras cosas) de la esclavitud.
Datos y hechos que niegan la persistencia del «racismo sistémico«
Por otro lado, Reilly niega que la policía estadounidense se dedique a la «caza del hombre negro», y afirma que la inmensa mayoría de los jóvenes negros asesinados lo son por otros jóvenes negros.
Por otra parte, en cuanto a la composición de los cuerpos de seguridad, hay que apuntar que actualmente en los Estados Unidos el porcentaje de población afroamericana (entorno al 14%) se corresponde prácticamente con el peso de este colectivo en las fuerzas policiales (13,3%).
De hecho, varios estudios apuntan a que los agentes negros usan tanto la fuerza como los agentes blancos, incluso contra la comunidad negra. Los detenidos afroamericanos, a su vez, son igual de hostiles contra un agente blanco que contra uno negro.
Según Reilly, ante la ausencia de racismo institucional o «sistémico», las organizaciones de lucha contra el racismo han tenido que buscar nuevos conceptos para justificarse, como el «privilegio blanco», la idea de que existe un sustrato racista en los blancos del que nunca se podrán liberar.
El Proyecto 1776 versus el Proyecto 1619
El profesor se opone a un movimiento llamado «Proyecto 1619», lanzado por el New York Times y cada vez más influyente entre las clases superiores estadounidenses. 1619 quiere revisar toda la historia de los Estados Unidos bajo el prisma de la esclavitud. De hecho, 1619 hace referencia al año en que llegaron los primeros esclavos africanos a América del Norte.
El Proyecto 1619 busca, pues, reescribir la historia del país, y para hacerlo ejerce presión política y prepara un nuevo currículo de historia para los niños. Reilly denuncia que este proyecto disemina determinadas informaciones totalmente falsas, como por ejemplo que la Guerra de la Independencia norteamericana tenía como principal objetivo mantener la esclavitud.
Reilly forma parte de otro proyecto nacido para contrarrestar la influencia de 1619, llamado 1776 en referencia al año de la Declaración de Independencia, y que une a historiadores afroamericanos, tanto demócratas como republicanos, que quieren abordar sus inexactitudes e incluso mentiras.
Aunque no cierra la puerta a la cuestión de determinadas reparaciones económicas por motivos históricos, el profesor Wilfredy Reilly afirma que para afrontar la actual injusticia social en los Estados Unidos hay que pasar de la raza a preguntarse por qué, tanto los afroamericanos como los blancos pobres, tienen tantos problemas para tomar el ascensor social.