De acuerdo con la encuesta publicada por el diario ABC, y en el supuesto de convocarse unas nuevas elecciones, los principales perdedores serían el PSOE y Vox, y el máximo beneficiario el PP. Pero este movimiento de escaños, y otros menores, no resolverían nítidamente la cuestión; al contrario, podrían complicarla más. Vemos la radiografía:
El PSOE pasaría a tener 117 diputados, por lo tanto perdería 3, y lograría el 27,7% de los votos. El PP llegaría a los 99 diputados, por lo tanto 10 escaños más y el 23%, muy cerca ya del PSOE, y con el añadido de NA+ se plantaría en los 101. En el caso de Vox, la pérdida sería clara, 7 diputados para quedarse con 45. Mucho más resistente se mostraría UP con 34 escaños y la pérdida de 1. Su 13% de votos ya sería prácticamente igual al de Vox (14%). C’s, a pesar de la gran caída que sufrió, todavía perdería 1 más, y quedaría reducido a 9 y a la exigua proporción del 6,5% de los votos emitidos. ERC dispondría de 14 escaños, 1 menos, el PNB 7, 1 por encima de los obtenidos, que perdería Bildu que se quedaría con 4.
Todos los otros grupos pequeños, incluido JxCat, no variarían su posición, excepto el BNG que incrementaría con 1 escaño su actual resultado.
Por bloques, PSOE-UP pierde 4 escaños, mientras PP-Vox-C’s gana 2. El resultado hace que ambos queden prácticamente empatados y depositen todo el peso en los grupos nacionales y regionales. El hecho de que ERC perdiera 1 y el PNB ganara otro dejaría el juego final de fuerzas con un escenario prácticamente idéntico al actual.
Dos conclusiones y una reserva se hacen evidentes. En primer lugar, constatar que unas nuevas elecciones no parece que comportaran un cambio radical de panorama. Continuaría la mengua socialista pero no sería suficiente para cambiar el panorama. La segunda conclusión hace referencia al hecho de que en realidad el coste que pagaría el PSOE en caso de fracasar otra vez con la investidura existiría, pero sería muy modesto. El electorado lo castigaría muy poco, y quien pagaría la fiesta sería aquel que no tiene «ni arte, ni parte», es decir, Vox, porque está claro que un sector de sus votantes querría salir del callejón sin salida apostando por una hipotética victoria del PP.
La reserva que hay que hacer es que esta encuesta, y el supuesto de unas nuevas elecciones, está hecha en frío, es decir, sin la escenificación de un nuevo fracaso de Sánchez, y en este sentido es posible que infravalore las consecuencias sobre el electorado socialista. También hay la posibilidad, remota pero real, de que vistos los reiterados intentos que han acabado mal, el candidato socialista fuera sustituido y esto abriera una inédita perspectiva electoral.
