Suben los aranceles… ¿Y también nos toman por burros?

Nos dicen -con tono pedagógico y cara de preocupación ministerial- que si subimos los aranceles, subirán los precios. Es decir: “Lo sentimos, ciudadanos, pero si defendemos nuestra industria, usted lo tendrá que pagar”. Qué lástima.

Pero esto, como tantas veces, no es verdad. O mejor dicho: no tiene por qué serlo, al menos en Europa, donde la solución es tan fácil que molesta.

¿Qué suben los aranceles? Perfecto, pero entonces que bajen el IVA en la misma proporción, y así no se traslada el coste al consumidor. Matemáticas de primaria. Si no lo hacen, ya sabemos lo que pasa: el gobierno ingresa más, tú pagas más, y encima te hacen creer que es por tu bien. Como siempre, la austeridad comienza en tu bolsillo… y termina en la del Estado.

Porque, atención, los aranceles también son impuestos, y si se mantienen los niveles actuales de IVA, lo que se está haciendo es doblar el varapalo al ciudadano: por un lado el arancel, por otro el IVA, y entre ambos, el Gobierno se frota las manos como “el tío Gilito”

Y aquí viene la trampa ideológica, compartida curiosamente por la izquierda bienpensante y por una derecha acomplejada: «Los impuestos son buenos. Cuanto más, mejor. Porque garantizan servicios públicos». En teoría, sí. En la práctica, lo que garantizan es una burocracia hipertrofiada, ineficiente y opaca.

Porque mientras los impuestos suben, los servicios públicos empeoran sin parar. La sanidad se colapsa, las urgencias no dan abasto, la educación patina, la dependencia desespera e incluso para empadronarte necesitas cita previa y suerte. Pero claro, la culpa nunca es del sistema. Es de Putin, del cambio climático o del hecho de que tú no pagas lo suficiente.

Y todo esto mientras la presión fiscal y el esfuerzo fiscal en España se han disparado. ¿El resultado? Una administración pública que no rinde cuentas y que no tiene ningún incentivo para mejorar, porque quienes mandan prefieren no molestarla: la burocracia puede ser muy vengativa cuando se la sacude. Mucho más que los ciudadanos, que en estos momentos ya han sido domesticados con banderas y discursos vacíos.

Añada que el sistema castiga a las familias con hijos, que son las únicas que garantizan que esto siga funcionando dentro de veinte años. Y, por si fuera poco, las ayudas a la natalidad están al 60% de la media europea. Pero escucha, el problema es que tú no reciclas bien el cartón.

Basta de estadolatría. Menos Estado y más sociedad civil. Menos impuestos y mejores servicios. Y si quieren subir los aranceles, que nos bajen el IVA o hagamos huelga de brazos caídos. Literal. Ni abrir la cartera.

Lo sentimos, ciudadanos, pero si defendemos nuestra industria, usted lo tendrá que pagar Compartir en X

Creus que l'esforç fiscal a Espanya és massa elevat en el context europeu i pel que fa a les prestacions que es reben?

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