Finalmente, después de más de 13 horas de negociación, el gobierno cerró ayer un acuerdo con el Comité Nacional de Transportes por Carretera (CNTC), pero a pesar de este hecho, los transportistas que han iniciado y extendido la huelga, que son básicamente los autónomos y de pequeñas empresas, consideran que el acuerdo es insuficiente y mantienen la manifestación ante el Ministerio de Transportes, y el paro.
Los acuerdos alcanzados consisten básicamente en ayudas por un total de 1.050 millones de euros. De esa cifra, 600 millones estarán dirigidos a una bonificación de 15 céntimos por litro de combustible para los profesionales de este colectivo, así como para los taxistas y para las ambulancias. Las petroleras, por su parte, añadirán otros 5 céntimos como mínimo. Cabe recordar en este sentido que los grandes beneficiarios de la crisis no son tanto las compañías eléctricas, sino las petroleras y gasistas. Además, el gobierno repartirá 400 millones de ayudas directas al sector tanto de mercancías como de viajeros.
Se ha comprometido a enviar a la CNTC antes del 31 de julio un borrador de proyecto de ley para aplicar en el sector del transporte los principios de la ley de la cadena alimentaria para evitar los abusos en la subcontratación y el abono de servicios a un precio inferior a los costes. Éste último punto es una de las principales reivindicaciones del sector. De todas formas, cabe recordar que el modelo en el que se inspirará la ley de la cadena agroalimentaria, hasta ahora ha tenido una muy baja incidencia para conseguir que los agricultores perciban unos precios que realmente compensen los costes de producción y permitan un mínimo margen empresarial.
Pedro Sánchez, desaparecido durante toda esta semana de este y otros conflictos, ya ha hecho un tuit a las 8 de la mañana del día de hoy colgándose la medalla: “desde el gobierno trabajamos sin descanso tanto en España como en la Unión Europea para mitigar los efectos de la guerra. Sigamos”.
Los transportistas de la plataforma consideraron que el acuerdo se traduce en migajas y propinas y avisaron de que el paro continuará hasta que la propia ministra de Transporte, Raquel Sánchez, los reciba. Cabe recordar que esta ministra ha acusado a la asociación de la plataforma de ser de extrema derecha. De todas formas, parece que su actitud ha cambiado y que a última hora ha manifestado que está dispuesta a recibirlos. En todo caso, lo que es evidente es que la incertidumbre se cierne sobre los resultados del acuerdo, aunque éste, evidentemente, significa un avance en la solución de la crisis y esta circunstancia acentúa el interrogante de por qué el gobierno ha tardado tanto en abordar esta materia, permitiendo que se deteriorara en una medida tan extraordinaria, como la que ha sucedido, la situación económica.
Cabe decir además que en contra de lo que refiere Sánchez, que asigna todos los problemas que sufre España a la guerra, en el caso concreto del transporte el conflicto que ahora ha estallado en realidad nació a finales del 2021, cuando ya existía una posibilidad real de huelga y se llegó a un acuerdo de mejoras, en concreto, veinte, pero que en su contenido no satisficieron a muchos transportistas. Esta situación mal resuelta está en el cimiento y ha estallado ahora con la escalada sin precedentes de los precios de los carburantes.
Un segundo factor que se ha sumado a la crisis es que el CNTC está dominado por las grandes patronales, en concreto la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) tiene el 54% de la representación. Fenadismo el 26%, y con menos del 10% Fetransa, Feintra y Astic. La Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera, que pese a su nombre es una asociación, no tiene ninguna representación y, por tanto, la ministra no los ha considerado interlocutores válidos y además los ha descalificado ante los medios de comunicación.
No es normal que el gobierno se niegue a dialogar con representantes de los trabajadores, que son los que realmente están en huelga y se limite a hacerlo con los empresarios que no estaban en esa línea. Si bien este hecho ha ido cambiando a lo largo de los días, agravando la situación porque Fenadismer, Fetransa y Feintra acabaron asumiendo la posición de los huelguistas en buena parte. Por tanto, del orden del 45% de la representación en la CNTC al final también estaba con una actitud favorable a la parálisis del transporte, lo que si se une al elevado número de trabajadores autónomos, que son la punta de lanza de la huelga, explica por qué al final el colapso ha tenido unas proporciones tan grandes.
Una de las reivindicaciones centrales de la plataforma, que no queda claramente recogida en los acuerdos, es garantizar que no existan contrataciones por debajo del precio de coste. Los transportistas fundamentan la aplicación de esta medida en la información que de forma regular el ministerio de transportes aporta con la publicación sobre el Observatorio de Costes. Por tanto, más que de problemas legales en el sentido de crear nueva normativa, la cuestión radica en hacer cumplir la normativa existente. También es una reivindicación de los conductores que se refuerce la vigilancia de las áreas de descanso y de los polígonos industriales para garantizar la seguridad de los conductores y la custodia de vehículos y mercancías.
Habrá que ver en el conjunto de las medidas adoptadas y de su efectividad, el resultado final del acuerdo. Hay que advertir que los recursos económicos que se aplican tienen como plazo el 30 de junio en función de cómo evolucione la situación, si bien son prorrogables.