Este fin de semana, en la reunión celebrada en Barcelona del conocido como «Grupo de Poblet», que responde a la denominación formal de El País de demà, han acordado trabajar para concurrir a las elecciones y culminar las conversaciones iniciadas con Units per avançar, el partido sucesor de UDC.
En el programa acordado ha desaparecido la referencia a modificar la Constitución para dar cabida a la autodeterminación. Este propósito ha quedado limitado a una declaración genérica en el sentido de que Cataluña tiene derecho a expresar su opinión política. El cambio facilita el entendimiento con Units a pesar de que la idea anterior, la modificación constitucional, tenía un carácter más de afirmación de principios que no de propósito político concreto. Ahora el proceso hacia presentar una candidatura puede avanzar, si bien queda pendiente un punto importante, como es quién lideraría la lista. Albert Batlle, actual teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona y responsable de la seguridad de la ciudad, es uno de los candidatos que reúne más condiciones favorables para su imagen pública y trayectoria. Pero es evidente que desde los ámbitos exconvergentes tengan interés en presentar otros nombres. En todo caso, no parece que el nivel al que se están llevando las conversaciones, éste pueda ser un problema para llegar a un acuerdo definitivo.
A pesar de que no está acordada la fórmula definitiva, lo más posible es que se vaya a las elecciones con la etiqueta de Units per avançar con el añadido de la denominación que utilice el Grupo de Poblet, en una fórmula que recordaría la del PSC y Ciutadans pel Canvi. Units presenta la ventaja de que como ya concurrió con su denominación en la alianza con el PSC, tendría resuelta su presencia en los espacios y debates oficiales, lo que no sucedería en las formaciones que no han participado todavía en unas elecciones.
En este proceso de clarificación la nota negativa viene dada por el hecho de que aquella alianza no contempla llegar a ningún acuerdo con el otro núcleo de este espacio configurado por Lliures y La Lliga, por razones de naturaleza política. Este hecho, que ni mucho menos se puede dar por definitivo, plantearía un punto flaco a aquella coalición porque por un lado se presenta como la fuerza que quiere superar las diferencias entre catalanes, reconstruir un solo pueblo y rehacer puentes en lugar de cavar trincheras, pero al mismo tiempo declara su negativa a dialogar con otras formaciones que se definen como catalanistas.