La declaración del empresario Barrabés ante el juez de instrucción titular del juzgado número 41 de Madrid por el asunto Begoña Gómez, acentúa el deterioro de la imagen de la mujer del presidente del gobierno, y especialmente de sí mismo.
Declaración de Barrabés ante el juez
Barrabés compareció como testigo y, por tanto, con la obligación de decir la verdad a expensas de la pena que podía incurrir si así no lo hacía. Sea por este hecho, sea por voluntad propia, la declaración ha sido relevante en dos puntos.
Reuniones en la Moncloa
Lo primero es que se ha visto en numerosas ocasiones con Begoña Gómez en la Moncloa, donde ha tratado el tema de la innovación y el máster, cuestiones a las que profesionalmente Gómez se dedica. De esta manera se pone de manifiesto que la mujer del presidente del gobierno utilizaba la sede presidencial para atender sus relaciones profesionales.
Cabe recordar que el rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ya manifestó también ante el juez que había sido llamado a la presidencia para tratar del interés de Gómez de impartir un máster en la Universidad. Por tanto, llueve sobre mojado.
Pero aún es más impactante que, en el caso de Barrabés, junto a las visitas a su esposa, estuviera presente en dos ocasiones el presidente del gobierno. Imaginémonos por un momento que no se trata de España, de Sánchez, ni de su mujer, sino de cualquier otro país, Francia, Italia o Reino Unido, donde se produce un escenario similar.
El escándalo político habría sido mayúsculo y la obligación de dar explicaciones ante el parlamento se habría producido de forma inexorable, y el primer ministro habría actuado, como corresponde a su deber, como jefe del ejecutivo porque estaba en juego la credibilidad de su gestión.
Partidismo mediático en los medios de comunicación
En el caso de España, es evidente que esto no ha sido así. Sánchez no sólo no ha dicho ni una sola palabra que pueda explicar lo ocurrido, sino que él, en compañía de todo su gobierno, ha cargado contra quienes piden aclaraciones, acusando a todo el mundo de utilizar una “máquina de fabricar barro ”.
En este contexto, los medios de comunicación reman de forma descarada hacia su parte. Por ejemplo, el ABC dedica media portada a este asunto (la otra media va para la selección española de fútbol).
El País, intelectual orgánico del gobierno, le dedica un minúsculo recuadro en la portada: «Barrabés declara que fue recibido en la Moncloa por Begoña Gómez y Sánchez». Es mucho más de lo que hace su diario subalterno, La Vanguardia de Barcelona, porque el tema sólo es tratado en el interior y en una página izquierda, con un título singular: “Barrabés niega cualquier triquiñuela en los encuentros con Sánchez y Gómez”.
Es ese tipo de titular que pone la venda antes de la herida porque todavía no se ha informado de cuál es la potencial triquiñuela que se ha podido cometer. En este diario, las discrepancias con los demás llegan al extremo de no ponerse de acuerdo en el número de veces que se producen las entrevistas: 5 o 6 según La Vanguardia, 7 u 8 según ABC.
Responsabilidades políticas y transparencia
Todo esto no quita en nada la presunción de inocencia de la mujer del presidente del gobierno, que declarará este viernes ante el juez. Pero sí hace posible afirmar que existen fuertes responsabilidades políticas por parte del jefe del gobierno y del engaño al que ha sometido a la ciudadanía.
En los hechos que ahora conocemos, ocurre que cuando Sánchez escribió su extraña carta y se retiró 5 días a meditar sobre si dejaba o no de la política, se habían producido dos hechos que él ocultaba.
El primero es que ya conocía que su mujer estaba investigada por el juzgado número 41 porque la citación judicial fue enviada a la Moncloa y es imposible que un mensaje de esa naturaleza llegue al palacio presidencial sin que el presidente se entere.
La segunda cuestión es que cuando escribió la carta estaba perfectamente al corriente de las actividades de su esposa con Barrabés y de los contactos que se habían producido. Queda claro que la carta fue un intento de manipular a la opinión pública y sobre todo la de los miembros de su partido, buscando un victimismo que moviera a emociones de adhesión y solidaridad.
En el capítulo de los hechos, también cabe apuntar que la empresa de Barrabés, Innova Next, logró adjudicaciones de contratos públicos de 2017 a 2020 por valor de algo más de 1 millón de euros. Pero del 2021 al 2023, cuando ya estaban en marcha los másteres y la relación con el empresario, el importe de los contratos se multiplica hasta alcanzar en estos 3 años 22 millones de euros.
Sánchez no puede seguir evitando dar explicaciones ante el Congreso, que en definitiva es la representación de la voluntad de toda la ciudadanía.