La efímera primera ministra británica Liz Truss cayó al intentar combinar una bajada de impuestos, sobre todo a las clases más acomodadas, con un incremento notable del gasto público.
Al intentar unir ideas libertarias con medidas de la izquierda populista, la incoherencia de Truss fue tan grande que vista desde el momento actual no cuesta nada entender cómo su mandato no duró ni siquiera dos meses.
Su sucesor y entonces principal rival, Rishi Sunak, parece haber abrazado los postulados tradicionales del partido conservador británico: control del gasto público, reducción de la inflación y bajada de impuestos a las clases más humildes.
Los críticos ven a Sunak como un Caballo de Troya del capitalismo tecnológico
Más allá de estos principios económicos y del respeto por la tradición británica (hecho remarcable teniendo en cuenta que proviene de una familia muy tradicional de inmigrantes de la India), los críticos ven a Sunak como un Caballo de Troya del capitalismo tecnológico, con ideas similares a las de Ronald Reagan y Margaret Tatcher puestas al día del big data y los gigantes de internet de la Silicon Valley.
No en vano Sunak cursó su Master in Business Administration (MBA) en la prestigiosa Universidad de Stanford, en medio del mítico valle californiano cuna de los gigantes económicos del siglo XXI.
Según Stephan Chambers, antiguo director del también prestigioso MBA de Oxford, Sunak debió absorber un principio bien distintivo de la Silicon Valley: “moverse rápido y romper cosas”. Aplicado al gobierno del Reino Unido, ¿en qué podría traducirse?
La respuesta podría encontrarse en que a primera vista puede parecer contradictorio: que Sunak es un entusiasta del Brexit de primera hora.
Sunak parece tener muy claro cómo hacer que el Brexit propulse al Reino Unido en el siglo XXI
Pero a diferencia de quienes defendían la salida del Reino Unido de la Unión Europea por las razones más viscerales y digamos que populistas, como Nigel Farage o Boris Johnson, Sunak parece tener muy claro cómo hacer que el Brexit propulse al Reino Unido en el siglo XXI.
La visión de Sunak es la de un Reino Unido que exprima su salida de la UE al máximo, y en particular que libere de una vez por todas a la City de Londres del montón interminable de legislación y regulaciones europeas. Sunak sabe de lo que habla, ya que ha trabajado en la banca de inversión Goldman Sachs y estableció su propio fondo.
De hecho, algunos, como el politólogo Adrian Pabst, quieren creer que Sunak no es exactamente el primer primer ministro hindú del Reino Unido, sino el primer primer ministro californiano del Reino Unido.
Más que un conservador, Sunak parece ser un liberal fruto del mundo globalizado
Más que un conservador, Sunak parece ser un liberal fruto del mundo globalizado. Según Pabst, Sunak se encuentra en medio de la “junción entre el capital mundial y la tecnología sin obstáculos”.
En la conferencia que dio el pasado mes de febrero para preparar su candidatura al liderazgo de los tories británicos, Sunak presentó un proyecto político en tres pilares: «el capital, los individuos y las ideas». Nada que no salga, en principio, de la tradición anglosajona.
Pero Sunak no parece demasiado preocupado por los abusos y disfunciones que las grandes empresas tecnológicas están generando en términos de monopolización económica e influencia creciente sobre las vidas privadas de las personas.
Y aquí cabe citar uno de los aspectos más polémicos del nuevo líder británico, y es su gusto por las ventajas que se reservan a la clase dirigente internacionalizada: a pesar de ser ministro de finanzas de Johnson, Sunak guardaba preciosamente su Green Card que le daba derecho a volver a trabajar en Estados Unidos si las cosas acababan mal. Su esposa, la también india Akshata Murty, ha disfrutado del estatus de «no domiciliada» para evitar pagar impuestos en Reino Unido a pesar de vivir en Londres.
Sin embargo, sí es cierto que durante la pandemia de Covid y con Johnson como primer ministro, Sunak fue capaz de desplegar importantes medidas sociales, prácticamente keynesianas. La duda permanece en si las lanzó a regañadientes y porque «todo el mundo lo hacía».
En cualquier caso, Sunak ya tiene el mérito de haber logrado calmar a los mercados y devolver algo de serenidad a los británicos, que venían de justo perder a su legendaria reina. Habrá que ver si el nuevo primer ministro es además capaz de articular su visión económica del Reino Unido y al mismo tiempo trabajar por la cohesión social del país.