La media de las encuestas señalan que Trias encabeza el listado de posibles ganadores con un 21,7% seguido muy cerca de Collboni con un 20,2%. Hay que hacer nota que la diferencia está dentro del margen de error de los sondeos que se realizan y, por tanto, estamos ante un empate técnico, que se manifiesta claramente en la distribución de concejales. 10 para cada una de las dos fuerzas, lo que representa un importante incremento para JxCat porque arranca de 5 concejales y un progreso más moderado para el PSC que gana 2 puestos en el consistorio.
Barcelona en Comú también se sitúa muy cerca con un 19,6%, pero a 2 puntos de Trias que es ya una distancia que tiene un mínimo de significación. Pierde 1 concejal y se quedaría con 9. El gran derrotado es ERC que se sitúa en el 15,1%, 7 concejales, y pierde 3. Por tanto, Maragall además de Cs que desaparece del mapa municipal son los grandes perdedores de estas elecciones. Seguramente pagan el coste de haber quedado primeros y no haber sabido qué hacer con la victoria a lo largo de 4 años.
Mejora, pero poco, el PP logrando 3 concejales, 1 más que ahora. Y se mantienen en la frontera Vox, con el 4,3%, y la CUP, con 4,1%. Si no llegan al filtro del 5%, no obtendrán representación. Esto hace que si uno de los dos o ambos partidos consiguieran las décimas que les faltan, cada uno de ellos ganaría 2 escaños y provocaría un revuelo en las previsiones electorales, porque, evidentemente, saldrían de los concejales que de momento y, según las encuestas, tienen los demás partidos.
En este escenario, ¿quién pagaría los platos rotos? Pues serían aquellos partidos que obtienen el último escaño, dato sobre el que no existe información, pero que en todo caso si entra alguna de estas dos fuerzas, el panorama quedará trastocado y no será error de las encuestas, sino consecuencia de la ley electoral.
Es importante ver las tendencias. Colau tiende a crecer aunque moderadamente, lo ha hecho 0,7 puntos porcentuales desde el 20 de abril y alcanza la cifra más alta de todo el último año. Desde mayo del pasado año ha mejorado en 1.5 puntos. ¿Seguirá progresando? ¿Tiene margen para quedar primera? La campaña electoral se revela como decisiva.
Mucho más fuerte es la tendencia ascendente de Trias, si bien se ha moderado mucho desde abril. Ha mejorado, sí, pero sólo en 0,3 pp desde su arranque fulgurante de enero. ¿Se le ha terminado el impulso? ¿Tiene riesgo de sufrir el sorpasso de los que vienen detrás? Es posible, pero a estas alturas sigue yendo por delante. Aunque hay que decir que Trias no es un buen candidato en el sentido que tiende a cometer errores importantes no forzados.
El PSC mantiene una curva muy llana. Su mejor registro fue en enero con el 20,8% y, por tanto, se puede observar que existe un ligero desplazamiento de voto hacia la opción Trias. No está claro que suba más de la cifra actual en torno al 20%. Si así fuera, no quedaría en primer lugar.
ERC ha ido registrado un decrecimiento continuado que ahora parece estabilizado en torno al 15%, lejos de los puestos de cabeza. Sus concejales serán importantes para decidir la alcaldía, pero no para ocuparla.
Por último, el PP puede llegar al 7% y dependerá en parte de lo que le pase a Vox.
Con estos escenarios, ¿quién puede ser alcalde? El candidato necesita una mayoría absoluta de 21 concejales o una mayoría amplia y que algún grupo se abstenga, de modo que su opción tenga más apoyo que los votos negativos. Trias más ERC llegarían a los 17 escaños, e incluso con la abstención del PP seguramente no tendría suficiente si los demás votaran en contra. Por tanto, necesitaría a los concejales populares, algo que parece difícil de ligar con ERC.
La fórmula más clara es Trias más Collboni, con 20 concejales de entrada y la abstención del PP. La solución inversa, la de Collboni alcalde, con el apoyo de Junts es más complicada porque es dudoso que los populares le regalaran la alcaldía de la segunda ciudad española a sus adversarios. Colau más Collboni llegarían a los 19 concejales. No sería suficiente porque todos los demás votarían en contra. La opción inversa, Collboni-Colau, tampoco tiene demasiadas expectativas favorables. La solución de un tripartito sería clara y deberían ponerse de acuerdo con quién es el alcalde si es la primera fuerza. Es en ese terreno donde Colau tiene más posibilidades.
Como se puede ver todo está muy liado y seguramente son las elecciones en las que las 3 semanas que quedan por depositar la papeleta en la urna serán más decisivas porque si alguno de los más destacados consigue una ventaja significativa, no tendrá la garantía de la alcaldía, pero sí poseerá una fuerza incuestionable para pedir que le apoyen o al menos que le dejen hacer.
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