Los presupuestos presentados para el año 2022 por el conseller de Economía y Hacienda, Jaume Giró, alcanzan una cifra extraordinaria con un incremento del 17% sobre el presupuesto del 2020, porque el actual es prorroga del año anterior.
Pero, más allá de los capítulos que han remarcado los medios de comunicación, si entramos a fondo en el presupuesto encontraremos que éste presenta importantes puntos oscuros que, en su tramitación, es necesario aclarar.
El primero de ellos hace referencia a la contratación de personal. Se establece que se incorporarán 28.882 trabajadores el próximo año con un incremento de plantilla del 11,6%, que es una cifra extraordinariamente alta, pero que no expresa la realidad. Este incremento de personas se traduce en un incremento de coste mucho menor, sólo del 7,8% respecto al año de referencia. ¿Cómo puede haber tanta diferencia entre el incremento de plantilla y el de su coste? La respuesta es que buena parte de todo este personal ya está incorporado desde este año y en parte incluso desde el 2020. Son personas que se incorporaron sobre todo en Salud, que es la que se lleva el mayor número de plazas en el nuevo incremento, concretamente, 17.633, a los que se añadirían 5.498 de Educación, y 1.122 de los cuales casi la mitad serán Mossos d’Esquadra y el resto bomberos y agentes rurales.
¿Cuál es el problema de estas cifras? Por un lado, es evidente que el aumento tiene una dimensión importante, sea de un año sea de más años. Pero el problema grave radica en que todo este personal significa un aumento del gasto recurrente, es decir, aquel que se va produciendo por inercia en los años sucesivos y que tiende a aumentar de acuerdo con el índice del coste de vida, que es la situación en que en estos momentos tiene pactado el gobierno español en relación a todos los funcionarios. La Generalitat cuenta con nutrir su presupuesto con tres elementos. El más importantes, los fondos europeos. A continuación los nuevos tributos, sobre todo los relacionados con el medio ambiente. Y en tercer lugar, el aumento de ingresos derivados de la reactivación económica. Pero dentro de unos años, pocos, las aportaciones de los fondos desaparecen y el aumento de la reactivación habrá quedado ya atrás, y en todo caso seguirá una progresión mucho más moderada, propia del ciclo económico normalizado.
La Generalitat ante este panorama debería justificar con los presupuestos cómo afrontará, en el futuro a corto plazo, este gasto recurrente. Porque de lo contrario se estará abriendo un agujero para generar nuevo déficit.
Y ya que hablamos de déficit, digamos que no es aceptable que se presenten los presupuestos sin datos de la previsión de déficit para 2021. No puede ser que se considere que el de 2022 será del 0,6% y que no se dé ninguna previsión para el de este año, aunque estamos en noviembre.
Y algo parecido y más acentuado puede decirse de la evolución de la deuda de la Generalitat, que se presenta sin datos sobre su incremento en relación al año 2020 y el 2021. Y aquí también hay que hacer un llamamiento en relación a lo que apuntábamos al considerar el gasto recurrente. Para 2022 el incremento de la deuda será del 6,2% rompiendo así un ritmo de progresiva reducción iniciada en 2016. En realidad estamos ante unos presupuestos que parecen llamar a las elecciones anticipadas para 2023, y por tanto ahora convendría gastar el máximo posible.
Una última cuestión es la presión fiscal. El conseller Giró ha afirmado que no piensa incrementar el IRPF, como pedía la CUP. Pero a este respecto hay que añadir por los nuevos impuestos, sobre todo los que hacen referencia a las emisiones de dióxido de carbono que multiplican su carga por tres. Es necesario que en el procedimiento parlamentario se ponga de relieve cuál es la presión fiscal total en Cataluña para 2022, así como también la cuña fiscal en relación con las demás comunidades autónomas. Porque es evidente que seguir encabezando este ranking disuade de nuevas localizaciones empresariales en Cataluña.
Estamos ante unos presupuestos que parecen llamar a las elecciones anticipadas para 2023, y por tanto ahora convendría gastar lo máximo posible Share on X