El problema radical que dificulta de manera decisiva la paz entre Israel y el pueblo palestino es su historia y la forma como ha configurado una mentalidad colectiva.
En el caso de Israel, como sucede ahora, no le importa para nada su imagen internacional porque considera que está en peligro su existencia como pueblo, y su respuesta difícilmente se ve limitada por las respuestas exteriores.
La caracterización palestina, por su parte, establece que les importa mucho menos el progreso económico y el bienestar que el respeto a la tradición, con una fuerte componente religiosa, que la nación palestina, como una forma de nacionalismo árabe o ambas cosas. Hamas significa sobre todo la primera forma de entender las cosas de Fatah, el partido político más grande y antiguo de Palestina, fundado en 1959 por Yasser Arafat y es el partido gobernante en Cisjordania. y anteriormente en Gaza. hasta que fu expulsado por Hamas. Fatah es un partido nacionalista árabe que aboga por la creación de un Estado palestino independiente en las fronteras de 1967.
El doble estado satisfaria a una de las dos fuerzas, pero no a Hamas, que quiere la liquidación total del estado de Israel y un régimen islámico.
En sus raíz ambas concepciones comparten una creencia común. Su religión ve con buenos ojos matar en su nombre. Todo esto puede ser matizado, como es lógico, pero constituye el perfil estilizado del caso
Israel tiene muy interiorizada por la historia su situación de riesgo vital y el abandono en último término, cuando no beligerancia de los demás pueblos.
La clave dominante de esta mentalidad es el Holocausto (1939-1945): con el asesinato sistemático de seis millones de judíos por parte del régimen nazi. El Holocausto fue un evento sin precedentes en la historia de la humanidad, significó el riesgo de extinción para los judíos, y de él surgió el impulso de supervivencia que permito construir el Estado de Israel. Pero, con ser decisivo no es el único golpe que ha moldeado una mentalidad.
Mucho siglos antes, en el 586-538 a.C. se produjo el Exilio de Babilonia: Después de la destrucción del Primer Templo de Jerusalén por los babilonios, los judíos fueron deportados a Babilonia. Mucho después el segundo golpe significó la liquidación de Israel como estado cuando la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén (70 d.C.) por los romanos, que obligó al pueblo judío a buscar nuevos lugares para vivir y practicar su religión. De ahí surge la gran diáspora. A lo largo de la historia posterior se producen en Europa las expulsiones de judíos, y sobre todo en Europa oriental y Rusia los Pogromos, sobre todo en los siglos XII-XV
Pro es que el propio nacimiento del estado israelí ya estuvo al borde del final con la Guerra de Independencia (1948-1949), cuando un estado que todavía no había nacido en la práctica se enfrentó a una coalición de estados árabes que buscaban destruirlo. Israel logró repeler la invasión, pero la guerra dejó un saldo de miles de muertos y heridos. Otro momento que fue vivido en términos de escenario final fue la Guerra de Yom Kippur (1973), Egipto y Siria lanzaron un ataque sorpresa contra Israel en el Día de la Expiación judía. Israel logró repeler el ataque, pero la guerra fue un duro golpe para el país.
Desde entonces Israel ha vivido marcado por las guerras de los misiles de Gaza (2008-2009) y (2014) a cargo de Hamas. La militar de Israel duró 22 días en el primer caso y 50 en el segundo conflicto.
Además, las distintas Intifadas, no solo son muestras del gran malestar palestino, sino que contribuyen al trasfondo permanente de inseguridad que siente la población israelí, La Intifada palestina (1987-1993). La Intifada fue una serie de levantamientos populares palestinos contra la ocupación israelí de los territorios palestinos. El conflicto fue violento y dejó un saldo de miles de muertos y heridos.
Por su parte, los palestinos viven no solo en condiciones discriminatorias en relación con los judíos, sino que soportan en su conciencia la creación del Estado de Israel en 1948, que supuso la expulsión de cientos de miles de palestinos de sus hogares y tierras. Este evento, conocido como la Nakba, es un punto de referencia fundamental en la historia del pueblo palestino. La Guerra de los Seis Días de 1967, Israel conquistó la Ribera Occidental, Jerusalén Este y la Franja de Gaza, en esta guerra. Esta victoria dio a Israel un control militar y político significativo sobre los territorios palestinos que no formaban parte de la partición del territorio establecido por el acuerdo sobre la intendencia de 1948 de Naciones Unidas.
Después una serie de fracasos, los Acuerdos de Oslo de 1993, un intento de negociar un acuerdo de paz entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Sin embargo, los acuerdos fracasaron en su objetivo de crear un Estado palestino independiente. El Plan de Paz de Clinton de 2000 fue propuesto por el presidente estadounidense como una solución al conflicto israelí-palestino. Sin embargo, el plan fue rechazado por ambas partes. Los Acuerdos de Annapolis de 2007, un intento de retomar las negociaciones de paz entre Israel y la OLP. Sin embargo, las negociaciones fracasaron en su objetivo de alcanzar un acuerdo final. La Segunda Intifada de 2000-2005, esta insurgencia palestina contra la ocupación israelí fue un fracaso militar y político.
Algunas de las grandes derrotas militares del pueblo palestino incluyen:
Estas derrotas junto con las condiciones de vida, y la continua colonización por asentamiento de “colonos” judíos de territorios palestinos han tenido un impacto significativo en el pueblo palestino. Han contribuido a la pérdida de territorio, la fragmentación política y la frustración popular. También han alimentado el resentimiento y la violencia entre las dos partes del conflicto.
Claro que no todo es negativo, aunque la balanza se incline hacia aquel lado. Estos éxitos incluyen la creación de la OLP en 1964, la elección de la Autoridad Palestina en 1996 y al menos al inicio, la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993. Sin embargo, estos éxitos han sido superados por las derrotas mencionadas anteriormente.
El futuro del pueblo palestino es incierto. La situación actual de ocupación, conflicto y violencia es insostenible.