Tras meses mimando la posibilidad de presentarse a las elecciones presidenciales francesas, el popular y controvertido periodista Éric Zemmour anunció formalmente el martes 30 de noviembre su candidatura.
Converses ya ha analizado antes el «fenómeno Zemmour». Ahora que ya es oficialmente candidato, ¿qué opciones tiene para hacerse con la victoria?
En términos de intención de voto, el outsider Éric Zemmour sigue moviéndose entre un 13 y un 15% en la primera vuelta según las últimas encuestas.
Recordemos que Emmanuel Macron sigue liderando las encuestas de la primera vuelta, pero con un 23-25% de las intenciones de voto. Un umbral que se ha convertido en un techo infranqueable desde hace meses, incluso años.
Además, es necesario contar con la reorganización de los votos en la segunda vuelta de las presidenciales francesas, cuando los electores deben escoger entre los dos candidatos finalistas.
Zemmour, mucho más que Le Pen, está consiguiendo imponer su agenda política al resto de candidatos
Más allá de estas cifras, que hay que considerar con mucha prudencia puesto que se publican a meses de las elecciones, es interesante notar cómo Zemmour, mucho más que Le Pen, está consiguiendo imponer su agenda política al resto de candidatos. De hecho, lo está haciendo desde antes de que anunciara su interés en presentarse a las elecciones.
Entrevistado por Le Figaro , el director del departamento político del prestigioso Instituto Francés de Opinión Pública o IFOP, François Klaus, afirma que se ha producido un fenómeno estructural en el seno de la sociedad francesa: el alineamiento de una gran parte de electorado con los principios fundamentales de la derecha radical, como inseguridad, inmigración o islamismo.
Converses ya había señalado que Francia estaba viviendo una auténtica revolución ideológica, convirtiéndose en uno de los países de Europa con un electorado más de derechas.
Quizás sea en el terreno de las ideas, y no tanto del juego político, donde la influencia de Zemmour acabe siendo más importante.
Zemmour fue uno de los primeros en alertar sobre los efectos negativos de una inmigración masiva, muy mayoritariamente musulmana y que con el paso del tiempo no se integra, sino que se va replegando sobre sí misma. Durante años el periodista fue ganando popularidad y controversia a través de sus ensayos e intervenciones en los medios. Ahora se ha evidenciado que la mayor parte del electorado francés se identifica claramente con muchos de los postulados que mantiene desde hace décadas.
El 63% de los franceses declaran «no sentirse seguros en ninguna parte»
Por ejemplo, según un reciente estudio del IFOP, el 63% de los franceses declaran “no sentirse seguros en ninguna parte”. Un porcentaje que ha aumentado 13 puntos porcentuales desde 2010. Un 82% está de acuerdo con la afirmación «los tribunales franceses no son suficientemente severos».
Casi el 70% de los franceses piensan que «hay demasiados inmigrantes en Francia», una respuesta que ha aumentado más de 10 puntos desde 2010. Lo revelador, sin embargo, es ver que ésta no se limita a votantes de extrema derecha o conservadores. Por ejemplo, el 66% de los votantes de Macron están de acuerdo con que en Francia hay demasiados inmigrantes.
Entrando en un terreno aún más polémico, el 50% de los franceses encuestados piensan que se está produciendo un «gran reemplazo» en su país. El “gran reemplazo” es un término utilizado por primera vez por el escritor francés Renaud Camus en 2014 para hacer referencia a un proceso de sustitución de la población autóctona francesa por otra de origen extranjero.
Por último, un 68% de los encuestados piensan que «Francia debe seguir siendo un país cristiano«, otro de los temas predilectos de Éric Zemmour y un aspecto que Marine Le Pen nunca ha entrado a valorar.
Sin embargo, una cosa es ganar en el campo de las ideas y el otro hacerlo en las urnas .
Zemmour sufre de un déficit de credibilidad muy importante en tanto que político, y de momento no ha logrado adhesiones de primera línea a su candidatura. Además, en un país que sigue profundamente por la magnitud de Charles de Gaulle, la falta de formalismo y el perfil polémico por naturaleza de Zemmour podrían pasarle factura.
Una cosa es ganar en el campo de las ideas y el otro hacerlo en las urnas Share on X