La educación diferenciada es hoy una opción pedagógica más, que ha demostrado -a nivel científico y práctico- su validez educativa: y esto tanto con respecto a la socialización de los alumnos, como en su rendimiento académico o la rotura de los estereotipos de género aún presentes en la sociedad.
Decir que las escuelas diferenciadas para hombres y mujeres a determinadas edades -por el solo hecho de serlo- «segregan», es del todo impropio y esconde un intento de discriminar a los padres que han optado por este modelo educativo para sus hijos.
Como el silencio otorga y callar se interpreta como consentir, la defensa de los derechos de los padres exige rectificar siempre que los medios o en las redes sociales salga la expresión «segregar» para referirse a las escuelas diferenciadas. Me parece que no hay que admitir este intento de discriminación de los padres del ejercicio de sus derechos.