Las cuatro encuestas publicadas hasta ahora sobre el gobierno central, tras las elecciones en Madrid y hasta el día 10, son unánimes: el PP se sitúa en primera posición y supera al PSOE. La unanimidad es considerable en relación con el voto del bloque PP-Vox porque se mueve en un abanico estrecho de 170 a 174 escaños. Estaría por tanto entre 2 y 6 de la mayoría absoluta. El otro bloque, PSOE-UP, presenta una mayor amplitud porque oscila entre los 121 escaños y los 130, según la encuesta que se considere.
En todo caso, la distancia entre ambos es grande y es consecuencia de un doble retroceso, porque pierden votos tanto el PSOE como UP. En esta última opción la variación es muy amplia porque va desde los 14 escaños que le da la encuesta Invimark hecha por La Sexta, a los 33 de Sigma2 para El Mundo. En el PSOE hay una clara coincidencia en los 107 escaños, excepto en el caso de Sigma 2 que sólo le otorga 95, que a su vez es la que sitúa más arriba a UP. Por lo tanto, la diferencia entre bloques es clara.
En todos los casos Cs es irrelevante, porque obtiene entre 1 o 2 diputados. A estas alturas sería un partido extinguido. Pero, a pesar de los buenos resultados, sobre todo para el PP, que se sitúa entre 109 y 126 escaños, no tiene fácil alcanzar la mayoría absoluta porque el resto de formaciones minoritarias, básicamente de ámbitos territoriales, no están para darle apoyo. En este sentido, destaca el bloque de los partidos procedentes de Cataluña, es decir, el independentismo, que se mantiene muy fuerte con ERC, entre los 12 y 14 escaños y JxCat entre 8 y 10. La CUP permanece en la mayoría de casos con 2 diputados, pero en la encuesta de NC Report para la Razón los pierde.
Una vez más el escenario sería extraordinariamente propicio para un bloque catalán con capacidad de negociar aspectos concretos, pero, evidentemente, no es el caso, porque ERC se limita a apoyar lo que le interesa, al PSOE por una parte, y en cuanto a las cuestiones catalanas se mantiene anclado en las grandes declaraciones que permanecen inmóviles, la amnistía y el referéndum.
Y es que la situación política en Cataluña se ha convertido en un lío que nos acerca más a escenarios latinoamericanos que los modelos de comportamiento político europeo.
Ahora, ERC dice que ha roto con JxCat con respecto a formar un gobierno y le pide los votos para gobernar en solitario. La pregunta es ¿por qué le debe dar JxCat este apoyo sin nada a cambio si no se han puesto de acuerdo cuando hay importantes contrapartidas de gobierno para distribuirse. Pero la opción de ERC es muy difícil. Necesita 68 votos para la mayoría absoluta, o bien tener simplemente la mayoría en una segunda vuelta. En este caso podría elegir al presidente, pero luego lo tendría muy complicado para gobernar, porque estaría en minoría ante todos los demás. ERC, la CUP y En Común Podemos alcanzan sólo 50 escaños. Vox, Cs y el PP suman 20, mientras que JxCat tiene 32 y el PSC 33.
Para llevar adelante la elección de Aragonés no basta con la abstención de JxCat, porque con la oposición del PSC no saldría elegido. Necesitaría, por tanto, que el grupo de Puigdemont le cediera 4 diputados en una operación bien estrambótica. Evidentemente, este no es el resultado que garantiza un gobierno estable con capacidad de gobernar y representativo, porque además, recordemos, que pesa la losa de una abstención prácticamente situada en el 50% que hace que la representatividad real de los partidos en el Parlamento deba dividir entre dos.
Pero al mismo tiempo que no se gobierna, se bloquean o impiden decisiones trascendentales. La inversión de 1.700 millones en el aeropuerto se puede perder porque el gobierno no acepta el planteamiento de AENA porque afecta el espacio natural de la Ricarda, y lo hace con el apoyo de Ada Colau. También de momento niega la autorización para que puedan recalar los cruceros en el puerto, sustrayendo de esta manera una inyección económica en materia turística, que Barcelona y Cataluña necesitan, y lo hace también con el visto bueno de la alcaldesa de Barcelona. El sector de las energías renovables también se alza contra la extraña moratoria pactada por ERC y la CUP, que condena a Cataluña a acentuar el atraso que ya tiene en la producción de energía limpia y queda a la cola de todo el estado. Es una paradoja que de tan ecologistas que son, acaban consiguiendo que la primera fuente de energía de Cataluña sea la nuclear.
Por si fuera poco, el importante gremio de restauradores, que tienen multitud de agravios por la política del PROCICAT, ahora consideran que la Generalitat les ha enredado porque hizo pasar como ayudas para la crisis el perdón de un tributo que los tribunales están anulando, y que, por tanto, en ningún caso tenía que haber pagado. Todo ello describe un panorama que, aunque parezca imposible, cada día que pasa empeora.