Los pactos sobre el uso del catalán y la situación de la lengua

Mira por dónde que los votos totalmente determinantes para la presidencia del Congreso, que en buena medida eran la pista de aterrizaje de la candidatura de Sánchez en lo que se refiere a dos fuerzas catalanas, ERC y Junts, giraron en torno al uso del catalán, demostrando así una vez más, que para utilizar el lenguaje que en su tiempo hizo famoso a Alfonso Guerra, llamando a Suárez, tahúr del Misisipi, los tahúres del Manzanares, siguen jugando más y mejor que los pequeños tahúres del Llobregat.

¿Cómo no iban a quedar atraídos en la miel de la eterna cuestión del uso del catalán en el Congreso de los Diputados o en las instituciones de la Unión Europea? Pero claro, lo conseguido, más allá de las formas, no es nada.

Esto no significa que no sea importante la cuestión planteada, lo que sucede es que ni era el momento ni los términos alcanzados son garantía de nada, porque el proceso en el mejor de los casos va a ser largo y complicado y se necesita un compromiso bien definido y público por parte del partido y del gobierno.

ya ha surgido la cuestión del valenciano, que irracionalmente está reconocido como lengua propia en el Senado

Para empezar, ya ha surgido la cuestión del valenciano, que irracionalmente está reconocido como lengua propia en el Senado, a pesar de que la propia Academia de la Lengua Valenciana considera que, tanto las modalidades que se hablan en las Islas Baleares como en Cataluña como en Valencia, pertenecen a un mismo dominio lingüístico que en términos científicos se denomina catalán, que tiene a su vez numerosas variantes dialectales.

La instrumentalización que en el pasado y en el presente ha hecho el Partido Popular de esta cuestión es impresentable y explica, entre otras cosas, su endeblez electoral en Cataluña, que nunca superará si no reconoce la realidad.

Pero ya que la cuestión de la lengua catalana resulta tan importante y es lógico que así sea, es necesario que ERC que gobierna la Generalitat y Junts no olviden que hoy el principal problema del catalán reside en su uso en Cataluña y más concretamente en su gran área metropolitana, que constituyen desde el punto de vista demográfico y económico la mayor parte del país.

El catalán está en riesgo de muerte por tres razones estructurales, que ni siquiera están presentes en las políticas de estos partidos, Por descontado tampoco en los otros, pero ya es sabido que para ellos el interés por la lengua y cultura catalana es perfectamente descriptible.

Las causas estructurales son:

En primer lugar, la pobrísima natalidad de la población autóctona, sobre todo en la capital de Cataluña, donde el número de hijos por mujer es solo la mitad de lo que es la tasa de remplazo de 2,1 muy por debajo incluso del conjunto catalán.

Este hecho determina el envejecimiento de la población más que el aumento de la esperanza de vida, y el déficit en el balance vegetativo a causa de que hace años que mueren más personas que nacen. Los catalanoparlantes van desapareciendo.

Substituidos por una inmigración, que compensa la falta de nacimientos y este es otro factor estructural. Cerca del 30% de la población de Barcelona ha nacido en el extranjero y lo mismo sucede en la segunda ciudad del país, Hospitalet de Llobregat. Si a este hecho, se le añaden los hijos nacidos de parejas de inmigrantes, tendremos una cifra que se aproxima a pasos acelerados 1/3 del total.

En todo este conjunto de población el catalán es una rara avis, que no necesita ni utiliza.

En unos casos, porque los hogares son de lengua materna castellana, ya que proceden de Hispanoamérica, y este grupo en el caso de Barcelona ciudad se aproxima al cuarto de millón de personas.

En otros casos, porque si conocen alguna lengua es el castellano, que sí necesitan para trabajar y relacionarse. Esto sucede con la población de los países islámicos, mayoritariamente marroquíes y paquistaníes,

El tercer grupo de población es el comunitario, formado sobre todo por italianos, franceses y británicos, que no tienen una especial querencia por el catalán, y por su nivel profesional usan más el inglés que la propia lengua del país.

A aquella situación se le suma el fracaso escolar terrible en dos dimensiones distintas:

Una global, el de la comprensión lectora, que castiga tanto en castellano como en catalán, pero este segundo caso la lengua sufre además el problema, social ya apuntado, el aumento de hogares de lengua materna castellana, y su mayor uso social, cosa que la escuela no puede resolver.

Otra específicamente escolar, y esto sí es una vergüenza que se produzca: la asignatura de lengua catalana es la peor considerada por la mayoría de los alumnos, lo que representa un déficit pedagógico imperdonable por parte de la Generalitat.

Es en todo esto donde se juega el futuro del catalán y el de su cultura.

Bienvenido sea lo que suceda en el Congreso de los Diputados y en la Comisión Europea, pero lo decisivo y lo que no existe, es la política cultural y lingüística necesaria para abordar aquellos problemas estructurales donde se juega la supervivencia del catalán.

Hoy el principal problema del catalán reside en su uso en Cataluña y más concretamente en su gran área metropolitana Clic para tuitear

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