Paciencia e impaciencia

La impaciencia es una debilidad inherente al ser humano, el “animal racional”, que en esto es mucho más irracional que cualquier otra criatura de Dios. La aceleración de las condiciones de vida (un fenómeno ininterrumpido desde hace algo más de dos siglos) es un factor que favorece y potencia la impaciencia.

En el momento actual esta aceleración ha alcanzado unos niveles de auténtica locura: la obsesión por el aumento de la velocidad está desbocada. También nuestra impaciencia se ha desbocado.

En estos últimos días las tensiones, injerencias, previsiones, temores y esperanzas en torno al cónclave han alcanzado un nivel a veces cercano a la histeria: todo ello consecuencia, entre otras cosas, de nuestra impaciencia.

Ahora que tenemos un nuevo pontífice, nos aplasta todo un alud de interpretaciones sobre las pocas palabras que ha podido pronunciar hasta el momento. Estamos desbordados por un torrente de suposiciones, basadas en sus gestos más insignificantes y en los hasta ahora no demasiado abundantes datos públicos de su vida y trayectoria.

Algunos se preocupan, otros se entusiasman, otros creen saber cómo será su pontificado, algunos se hacen ilusiones, no falta quienes confunden sus deseos con la realidad. Hay de todo.

En realidad, de León XIV y de lo que será su pontificado podemos decir muy poco, más bien nada.

Deberíamos vencer la impaciencia y aprender a esperar. Deberíamos desear lo mejor a la barca de Pedro y a su timonel, rezar y olvidar las especulaciones. León XIV necesita tiempo y tranquilidad para ocuparse de la dificilísima situación por la que pasan la Iglesia y el mundo.

Pocos papas se han encontrado con un panorama tan devastado y devastador como el actual. Démosle el tiempo y la calma que tanto le hacen falta para guiarnos con mano segura por el buen camino. Volvamos a nuestras tareas para llevarlas adelante lo mejor posible.

Sobre León XIV no emitamos juicios ni opiniones, ni favorables ni desfavorables, no tenemos aún criterios para hacerlo. En resumen, tengamos un poco más de paciencia.

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