Y cuando nos referimos al gobierno, tanto hacemos referencia al actual, que tiene en principio los días contados, como al futuro con una consideración no menor: las dos piezas claves, Presidencia y Departamento de Salud, corresponden al partido que en principio será el encargado de formar gobierno y disponer tanto de la presidencia como de la titularidad de ese departamento. Aquí hay un factor positivo de continuidad que, en teoría, evita que se produzca un retrasos de meses. En la práctica esta continuidad, dado los pésimos resultados de la gestión hasta ahora, presentan una contrapartida bien negativa.
Pero la verdad es que si no cambian la forma de hacer, y no actúan con eficiencia y eficacia (y la sociedad no les presiona mucho en este sentido), Cataluña lo pasará muy mal.
Las recientes declaraciones del ministro de Sanidad de Israel, Yuli Edelstein, enmarcan claramente el problema. Este país, como es sabido, es líder con diferencia en el proceso de vacunación y es el que dispone de una mayor y mejor información científica sobre ella. Asimismo, su vacunación masiva y rápida ya aporta resultados visiblemente positivos. A pesar de este hecho, Yuli Edelstein aborda con un realismo, que algunos podrían calificar de pesimista, la situación, porque afirma que no habrá una normalidad y aunque será relativa antes de dos años, y que nos podemos olvidar de eventos masivos, y pone como ejemplo los conciertos de rock, hasta dentro de mucho tiempo. También deja claro las peligrosas incertidumbres que planean sobre la situación. Afirma que «no conocemos cuestiones fundamentales como la duración de la inmunidad, lo que puede representar procesos de vacunación masiva durante tiempo, ni la capacidad de ésta en relación a las nuevas mutaciones».
Este es el panorama que debe asumir Cataluña. En definitiva, debe prepararse rápidamente para la cuarta ola, para un verano sin turismo significativo, para una tardanza de al menos dos años para recuperarnos económicamente, y esta es una cuestión básica, evitar e lo largo del año una cadena de quiebras de las empresas más afectadas por las restricciones.
Cataluña vivirá un carrusel insoportable de relajación y medidas restrictivas si no resuelve los estrangulamientos básicos que continúa presentando:
- Un bajo ritmo de vacunación
- Graves deficiencias en el estudio de los orígenes de los contagios y sus redes de transmisión
- Insuficiencia clara en el rastreo. Necesitamos 1.000 rastreadores profesionales para tener una relación adecuada a la carga de trabajo que este trabajo necesita en función de la población de Cataluña
- Un sistema informático único que vincule datos del rastreo con las de la evolución de la pandemia y los modelos de previsión, así como su localización, todo en un solo sistema de análisis.
- Hay que enmendar la gran deficiencia en el control efectivo de los confinados y establecer las medidas de acompañamiento y las ayudas necesarias para hacerlo posible.
- Es también insuficiente el control de la propagación y la capacidad para rodear los focos cuando se producen.
- Es muy grande el déficit claro de medidas técnicas alternativas o complementarias a las restricciones sobre los espacios públicos. Hay mucho terreno a recorrer en este campo.
- Necesitamos una asistencia sanitaria capaz de efectuar una mejor contención de la enfermedad en los primeros días de afectación. No puede ser que el sistema nacional de salud no intervenga en los primeros días, y se limite a esperar si la situación se agrava lo suficiente para determinar su traslado al hospital. A pesar de que existe un insuficiente conocimiento de la farmacia eficaz en este terreno, ya hay productos que se aplican sin problemas para abordar otras enfermedades que presentan resultados positivos a la hora de contener la propagación orgánica del virus.
- Cataluña no tiene una protección civil digna de este nombre. Es una pura superestructura que sólo sirve para llenar el escenario. La pandemia es una ocasión para desplegarla y contribuir a mejorar las medidas de prevención.