La vicepresidenta Nadia Calviño no ha sido la elegida en la última ronda para conseguir la presidencia del Eurogrupo. Su contrincante, el ministro irlandés de finanzas, Paschal Donohoe, ha sido el vencedor. La vicepresidenta Nadia Calviño no pudo hacer valer su condición de gran favorita en Bruselas para subirse a la presidencia del Eurogrupo. Tenía todos los vientos de cola para ayudarla a subir a este sitio: el mejor currículo en asuntos comunitarios, el favor de las instituciones europeas, el apoyo de Angela Merkel y Emmanuel Macron y la garantía de que con su nombramiento se mantenían los complejos equilibrios geográficos y de partidos.
Calviño ha felicitado a su rival en un mensaje en la red social Twitter y ha mostrado su confianza en «continuar trabajando juntos para asegurar una recuperación sólida que no deje a nadie atrás». Además, la vicepresidenta económica española ha agradecido el apoyo recibido durante estas semanas «de las fuerzas políticas y los agentes sociales. De tantos amigos y también de ciudadanos anónimos», al igual que del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, «por su plena implicación y apoyo».
El primero en anunciarlo en su cuenta de Twitter fue el presidente saliente, el portugués Mario Centeno. La votación quedó 11 para Donohoe y 8 para Calviño, de lo que se deduce que no sólo los dos candidatos rivales aunaron sus votos, sino que la española perdió uno de sus soportes en el último momento. Para España, la derrota de Calviño supone una nueva decepción después de que Luis de Guindos, ministro de economía en los gobiernos de Mariano Rajoy, intentara también el nombramiento en 2015 y 2017. Donohoe, que se estrenará al frente del Eurogrupo en la reunión que está prevista para el próximo 11 de septiembre, será la cuarta persona que dirija la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona tras el luxemburgués Jean-Claude Juncker, el holandés Jeroen Dijsselbloem y el portugués Centeno. Su mandato se prolongará durante los próximos dos años y medio.
El irlandés fue arropado por los países del Partido Popular Europeo (PPE), especialmente Austria y varios estados del Este, conocidos por su férrea defensa de la disciplina fiscal. A pesar de que el voto es secreto -no se da a conocer ni el resultado- fuentes diplomáticas sostienen que también se llevó a capitales que apoyaban al luxemburgués Pierre Gramegna, que contaba con Bélgica o los Países Bajos. Ambos candidatos, de hecho, compitieron por un espacio similar. Se erigieron como el único líder capaz de reunir las diferencias entre Norte y Sur que permanecen en el seno del Eurogrupo desde la época de los rescates y las recetas de austeridad. Irlanda se ha alineado en varias ocasiones con los halcones, pero también ha pasado por un rescate y firmó la carta de nueve países -entre ellos España- que en marzo pasado pedía la emisión de eurobonos para crear un fondo de recuperación. Gramegna, por su parte, procedía de un país triple A, pero que ha pedido también eurobonos y un presupuesto ambicioso que ponga énfasis en la cohesión.
La votación quedó 11 para Donohoe y 8 para Calviño, de lo que se deduce que no sólo los dos candidatos rivales aunaron sus votos, sino que la española perdió uno de sus soportes en el último momento Share on X