La prestigiosa revista The Lancet ha publicado el estudio “Estimación del exceso de mortalidad a causa de la pandemia de COVID-19: un análisis sistemático de la mortalidad relacionado con COVID-19, 2020-21”.
Pese a que con mayor o menor atención todos los medios de comunicación han publicado referencias sobre este estudio, curiosamente no las han centrado en lo que es su objeto, el exceso de mortalidad, sino por la valoración crítica que hace al final de los errores que los gobiernos y la OMS han cometido al abordar el problema.
Pero, como el mismo informe destaca, “las estadísticas de mortalidad son fundamentales para la toma de decisiones en la salud pública” y, por tanto, no tiene justificación que se ignore la importante aportación que hace The Lancet en relación a 74 países, donde figura Cataluña, desde el 1 de enero de 2020 hasta el 31 de diciembre de 2021. La cifra total de muertes que ha generado la covid-19 según el informe es muy superior a la oficialmente determinada, que señala 5,94 millones de muertes en todo el mundo, mientras que The Lancet sitúa la cifra en 18,2 millones con un intervalo de incertidumbre del 95%, situado entre 17,7 y 19,6 millones de muertes. La diferencia, por tanto, es muy notable.
“Una medición precisa del número de muertes a causa de la pandemia es crucial para que cada país y región comprenda la magnitud del impacto en la salud pública”, esta afirmación de The Lancet se le han pasado por el forro el gobierno español y de modo particular el gobierno catalán, dada la cifra de muertos, que rápidamente han pasado página ante una escasa exigencia de la oposición y de los medios de comunicación, pese a que en el caso español el impacto ha sido lo suficientemente grande como para reducir por primera vez desde la Guerra Civil la esperanza de vida.
El estudio demuestra que el impacto de la mortalidad de la Covid-19 ha sido más devastador de lo que señalan las estadísticas oficiales.
El exceso de mortalidad que determina es definido como la diferencia neta entre el número de muertes durante la pandemia, medido por la mortalidad por todas las causas observadas o estimadas, y el número de muertes que se esperaría sobre la base de las tendencias pasadas. Si desea consultar el estudio completo lo puede encontrar aquí.
Merece la pena dedicar atención a estos resultados, pero en primer término hoy queremos centrarnos en el caso desgraciadamente espectacular de Cataluña, que se revela como uno de los territorios del mundo donde se ha producido un mayor exceso de mortalidad a causa de la covid . Subrayémoslo porque es muy fuerte. Cataluña es uno de los territorios donde el estrago de la COVID ha sido mayor según las cifras de The Lancet .
Constémoslo: El número de fallecidos en España ha sido superior a 100.000, concretamente 162.000, lo que representa 186,7 fallecidos por 100.000 habitantes. A escala española, Cataluña ocupa el primer puesto, con 252,6 muertes por 100.000 habitantes y un total de 35.600 catalanes que pasaron a mejor vida debido a la covid. Es una tragedia de proporciones extraordinarias. La segunda mayor que hemos vivido después de la Guerra Civil y la repercusión que ha tenido y que tiene es mínima. Y esto es lo que no puede ser. Más aún si consideramos que Italia, uno de los países más afectados, presenta una afectación de 227,4 por 100.000 habitantes, Alemania 120,5, Francia 142,2, Bélgica, un país que se vio seriamente afectado, 146,6. De América latina superan a Cataluña Bolivia, Ecuador, Perú, México, Venezuela. Brasil, cuyas televisiones nos mostraron, y no terminaron, tumbas y más tumbas de muertos, tiene una afectación tangiblemente menor que la de Catalunya, 186,9. En EEUU, donde el impacto, según la imagen de los medios de comunicación, fue muy grande, se situó en 179,3 y es uno de los grandes países del mundo más afectado.
En el conjunto del mundo sólo superan a Catalunya Rusia, con 374, y determinados países de Europa central como Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Hungría, Montenegro y Macedonia que superan los 300 fallecidos por cada 100.000 habitantes. Pero Polonia con 135 y Rumanía con 161,9, ya se encuentran por debajo de Catalunya. A escala mundial la afectación ha sido de 120,3 muertes por 100.000 habitantes, lo que señala claramente que el impacto se ha concentrado precisamente en los países más desarrollados y en determinadas regiones de América Latina.
Si después de esta radiografía no se produce una reacción en las instituciones catalanas para indagar a fondo la explicación de esta anomalía, tanto en el marco español, en el europeo y el internacional, es que se habrá perdido todo sentido de la responsabilidad.
Exigimos que se rinden cuentas de por qué murieron tantos catalanes.
Una idea sintética del escándalo de la mortalidad catalana nos lo da el hecho de que, mientras nuestro país representa el 0’09 de la población mundial, nuestros fallecidos por covid-19 significan el 0’195. Más del doble.