Mucho crecimiento económico, mucho gobierno progresista, pero cada vez hay más pobres

Trabajamos la mayor parte del año para el Estado. Entre 6 y 7 meses de nuestros ingresos van a parar a las administraciones públicas. Esto explica que el gasto público sea muy importante. El 46,4% del PIB; en otras palabras, de cada 2 euros que circulan casi 1 es gastado por las administraciones públicas, pero por lo que se ve toda esta inmensa montaña de dinero que se traspasa de nuestros bolsillos al Estado no sirve para atenuar los problemas de pobreza, que cada vez son más patentes, a pesar de los 5 años ya de gobierno progresista de Pedro Sánchez.

En estos momentos, y según Cáritas, los comedores sociales y los Bancos de Alimentos se encuentran una vez más desbordados por la demanda. Pero lo peor es que prácticamente la mitad de las personas que acuden a este último recurso es gente que tiene trabajo, que trabaja, que figura en la lista de las altas en la Seguridad Social.

Pero no es sólo la demanda y el tipo que hace que gente que trabaja sea pobre, sino que a la hora de la verdad cuando se trata de resolver necesidades humanas tan básicas como la alimentación, tengan que hacerse cargo de ella, ONG y organizaciones de la Iglesia porque sencillamente el gobierno del Estado no llega.

Que haya tanta gente necesitada que tiene trabajo se cuenta en otro informe de Cáritas presentado en la Universidad Abat Oliba, donde señala que el presupuesto de referencia para una persona sola en Extremadura es de 1.144 euros al mes y en Cataluña de 1.370. Si se trata de una pareja con dos hijos menores, la cifra se incrementa respectivamente hasta los 2.497 euros al mes y los 2.813 en el caso catalán, pero resulta que el salario mínimo interprofesional para 2024 es de 1.134 euros, que apenas sirve para mantener a una persona en Extremadura y no llega al nivel básico en Cataluña. Y esto, y éste es un mérito del gobierno, que ha sufrido un continuado incremento en los últimos tiempos, pero la inflación ha recortado sustancialmente el poder adquisitivo real de estos incrementos.

Pero el problema va más allá. Según un estudio de UGT realizado de acuerdo con las estadísticas salariales de la Agencia Tributaria, resulta que más de 7 millones de trabajadores (7,162 millones), es decir, una tercera parte del total, cobran el salario mínimo o menos, una cifra que se eleva mucho más, hasta el 80% en el caso de los jóvenes. Este hecho de cobrar menos que el salario mínimo es consecuencia de que su contrato contempla menos horas de trabajo que las que regulan esta retribución. Por otra parte, de esa cifra de más de 7 millones, 3,8 millones cobran entre la mitad y por debajo del salario mínimo. Aquí tenemos la explicación de por qué gente que tiene contrato es usuaria regular de comedores sociales y de los Bancos de Alimentos.

El gobierno español señala con el dedo para que miremos hacia el crecimiento del PIB, que es mucho mejor que el del entorno europeo. Pero nada dice de cómo este hecho se traduce en ingresos para la gente, que es en definitiva lo que cuenta. Periodistas que hacen información de partido contribuyen a generar esta confusión cantando las excelencias del gobierno. Por ejemplo Emma Riverola criticaba a toda página a Felipe González y acusaba de no decir ni una sola palabra de los “logros del gobierno de coalición progresista. Ni para valorar las medidas sociales aprobadas, ni el crecimiento económico, la reducción de la deuda externa, ni el peso creciente de España en el ámbito internacional”. Se repite el mantra del crecimiento sin más, se habla de la reducción de la deuda, algo que es cierto en temas relativos porque el PIB crece, pero es falso en términos absolutos, que también es lo que cuenta, porque cada vez, cada ciudadano tiene una mochila de deuda pública, expresada en euros, mayor.

Los más perjudicados por esta situación son las familias con hijos, que alimentan el grosor de la pobreza. Lo más escandaloso de todo, más cuando un gobierno se jacta de progresista y de éxitos económicos, es que España tiene el dudoso honor de ser, junto a Rumanía, el líder de la pobreza infantil en la UE, y es lógico. El gasto medio por hijo es de 670 euros al mes. Compare esto con el salario mínimo o con el salario más frecuente, que para 2023 era de 18.502 euros y se podrá constatar que si se tienen 2 hijos la mayor parte del ingreso ya ha desaparecido. Y es que España, mejor dicho el gobierno español, es miserable a la hora de ayudar a estas familias. Sólo otorga 100 euros al mes por menores de 3 años.

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