Los balances sobre ganadores y perdedores en los debates parlamentarios están siempre marcados por la subjetividad del observador. Y, por tanto, lo que hará Converses es observar qué dicen el conjunto de medios de comunicación sin que esto quiera decir que ésta sea una verdad objetiva, sino sólo lo que es: la opinión escrita predominante.
Hay una coincidencia generalizada de que el debate ha sido utilizado por el gobierno para lanzar su campaña electoral con las dos principales voces que la encarnarán: Sánchez y Díaz. Éste era el punto de vista de El Mundo “Sánchez y Díaz lanzan el ticket electoral en una moción de censura inútil”, que coincide con la línea del Herald de Aragón en este mismo sentido y el Diario de Navarra. También es coincidente que la moción de censura sirve para, “unir al gobierno” (20 Minutos), “reivindicar la coalición” (La Vanguardia), “dar un respiro al gobierno de coalición” (Diario de Sevilla), por tanto, un eje básico del balance sería la utilización del gobierno favorable a sus intereses.
Un segundo eje de mucho menor alcance es el que insiste en la tesis de que esta acción es un regalo de Vox a Sánchez (ABC) y una pinza (fracasada) del PSOE y Vox contra Núñez Feijoó, que es la línea de La Razón.
Por último, una minoría sería los que situarían el acento sobre el teórico candidato, Tamames. La Voz de Galicia le da un trato más bien favorable “Tamames pide un pacto sin independentista y Sánchez le acusa de blanquear a Vox”. Mientras que El Periódico tendería a desacreditar “Tamames, invitado de piedra”. El Punt Avui es más original porque relega este debate y titula a toda página “España planta la comisión Pegasus”, que es una forma muy personal de interpretar la actualidad política.
Desde este punto de vista el gobierno sería beneficiario de la moción de censura y este resultado parece bastante claro en el caso de Yolanda Díaz que, pese a realizar una intervención excesivamente larga después de las casi tres horas de Sánchez, demostró una buena fractura parlamentaria. Es más dudoso que la imagen de Sánchez se haya visto favorecida o que le haya servido para ganar adeptos porque su intervención leída, pesada, de 173 minutos de duración, no respondió a ninguna de las cuestiones planteadas por Tamames, y como era un texto escrito con antelación, aprovechando la filtración del discurso del exdirigente del PCE, le hizo decir cosas que no había dicho y abordó cuestiones que no había planteado.
No parece que Sánchez haya ganado puntos como estadista y gobernante con la vía que escogió, porque pecó, una vez más, de lo que constituye uno de sus principales inconvenientes como imagen publica: la prepotencia.
En cuanto a Vox, autor de la moción de censura, no está claro el beneficio que le ha reportado más allá del protagonismo conseguido, que seguramente era su principal interés y en este sentido el objetivo ha quedado cubierto. El problema de fondo es si esta operación habrá beneficiado más a Vox que a Díaz, porque un punto crucial de la contienda electoral futura será quien queda tercero y, por tanto, beneficiario de muchos escaños que el cuarto no tendrá. ¿Será capaz Díaz de hacerle el sorpasso a Vox?
El efecto sobre el PP está por ver, pero en sí mismo no parece demasiado demoledor ni siquiera está claro que le quede votos. El PP puede perder frente a Sánchez, pero por otras razones. Quien sí es un perdedor claro es una persona que no estaba presente ni fue mencionada: Pablo Iglesias . Porque el protagonismo y buena valoración alcanzada por Díaz castiga precisamente la línea que está intentando forzar a Iglesias de llevar a la vicepresidenta a negociar la alianza electoral antes de las próximas municipales y autonómicas, porque sabe que después UP tendrá mucho menos peso político que ahora. Con la catapulta del debate, Díaz hará caso omiso de las presiones de Iglesias, tirará por la derecha y situará a UP en la tesitura de pactar, junto con los otros partidos pequeños, o ir por separado a las elecciones.
No parece que Sánchez haya ganado puntos como estadista y gobernante con la vía que escogió, porque pecó, una vez más, de lo que constituye uno de sus principales inconvenientes como imagen publica: la prepotencia Share on X
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