Existe la idea, y además bastante extendida, de que Estados Unidos tiene una renta per cápita mucho mayor que la española, pero sufre una desigualdad mucho mayor. La primera parte de la frase es cierta, pero la segunda es equivocada.
Se puede explicar brevemente:
En términos del Índice de Desarrollo Humano (IDH) y del Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad (IDH-D) de Naciones Unidas, Estados Unidos, con unos IDH e IDH-D de 0,927 y 0,823 respectivamente, presentan un mejor resultado que España que alcanza los 0,911 en el primer caso y los 0,796 en el segundo.
Lo que nos dicen estos dos indicadores de síntesis es que Estados Unidos no sólo nos supera en renta por persona, sino también en Índice de Desarrollo Humano, que mide más aspectos que la renta, y también es mejor cuando se ajusta en términos de desigualdad, porque tienen un coeficiente de desigualdad mejor que el de un 10,7% en Estados Unidos, frent a un 12,3% en España.
Para precisar la cuestión:
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una medida compuesta que evalúa el progreso medio de un país en tres dimensiones básicas del desarrollo humano:
- Salud: Evaluada a través de la esperanza de vida al nacer, que refleja la longevidad de la población.
- Educación: Considera dos aspectos:
- La media de años de escolarización de las personas adultas.
- Los años esperados de escolarización para los niños en edad de iniciar su educación.
- Nivel de vida: Medido mediante la Renta Nacional Bruta (RNB) per cápita ajustada por la paridad del poder adquisitivo (PPA), que indica la capacidad económica media de los habitantes.
El IDH proporciona una visión general del potencial desarrollo de un país.
Sin embargo, para reflejar las disparidades internas, se utiliza el Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad (IDH-D). Este índice ajusta el IDH considerando la desigualdad en la distribución de cada una de las tres dimensiones citadas. El IDH-D muestra el nivel real de desarrollo humano, teniendo en cuenta las desigualdades presentes en la sociedad. En una situación de igualdad perfecta, el IDH y el IDH-D serían iguales; a medida que aumenta la desigualdad, el IDH-D disminuye.
Mientras que el IDH mide el desarrollo humano potencial de un país en términos de salud, educación y nivel de vida, el IDH-D ajusta esta medida para reflejar las desigualdades internas, ofreciendo una perspectiva más precisa del desarrollo humano real.
En el caso de Estados Unidos, estas son las cifras:
- 78,2 años de esperanza de vida al nacer.
- 16,4 años esperados de escolarización y 13,6 años de media de escolarización.
- 65.565 dólares de RNB PPA per cápita.
Mientras que en el caso de España son estas:
- 83,9 años de esperanza de vida al nacer.
- 17,8 años esperados de escolarización y 10,6 años de media de escolarización.
- 40.043 dólares de RNB PPA per cápita.
Para Estados Unidos, el índice de esperanza de vida es de 0,895, el índice de educación de 0,909 y el índice de renta de 0,980.
Mientras que, para España, el índice de esperanza de vida es de 0,983, el índice de educación de 0,848 y el índice de renta de 0,905.
El resultado para Estados Unidos del IDH es de 0,927.
Mientras que para España el IDH es de 0,911.
El Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad:
Para Estados Unidos, el índice de esperanza de vida ajustado por desigualdad es de 0,845, el índice de educación ajustado por desigualdad de 0,885 y el índice de renta ajustado por desigualdad de 0,746.
Mientras que, para España, el índice de esperanza de vida ajustado por desigualdad es de 0,958, el índice de educación ajustado por desigualdad de 0,721 y el índice de renta ajustado por desigualdad de 0,731.
La superioridad de España en esperanza de vida no compensa los peores resultados en educación y renta, todos ellos ajustados por desigualdad.
