Es una evidencia que la libertad de prensa existe, pero desgraciadamente este hecho no significa que no nos manipule, porque las televisiones y las páginas impresas van llenas de manifestaciones al respecto. Constatémoslo.
Empezando por un caso frívolo, pero no baladí: el de los conciertos de Rosalia en el Palau Sant Jordi de Barcelona. La cantante, que cuenta a sus espaldas con un poderoso grupo inversor, ha llevado a las últimas consecuencias la manipulación del desguazado mundo de la música y el espectáculo: ha presentado un espectáculo musical sin músicos. Es algo insólito, pero aún es más insólito que medios de comunicación teóricamente serios tengan amanuenses capaces de presentar esta aberración como un triunfo de la innovación y de descalificar a todos los que han criticado este absurdo, consistente en sustituir la música por imágenes y luces de colores, para que el personal se hipnotice y le entre por los ojos. Pero, por supuesto, esto no es un espectáculo musical.
Tampoco es legítimo que las actuaciones en directo se fundamenten en la grabación previamente llevada a cabo sobre la que la cantante hace el karaoke, porque con espectáculo incluido esto es lo que ofrece Rosalia, un monumental karaoke donde toda la fuerza y la aventura del directo en lo que se refiere a la semejanza entre música, voces y danza desaparece. Por esta vía, el siguiente paso será celebrar un directo sin la presencia física de la cantante. Con un holograma será suficiente.
Y ahora vamos a cosas más serias.
Observe: todas las imágenes, sin excepción, servidas por las televisiones de la guerra de Ucrania se ciñen rigurosamente a este relato: los ataques rusos consisten en masacrar a población civil, edificios de viviendas, supermercados, escuelas, de tal manera que parece inverosímil que hayan podido matar a un solo soldado ucraniano, porque parece que todos sus esfuerzos los dediquen a machacar a la población civil. A pesar de este hecho, fuentes de la inteligencia del Reino Unido y de EEUU señalan que el número de víctimas civiles es relativamente reducido, unas 5000. Naturalmente, este comentario no es para excusar la barbarie de la guerra, sino, recuerde, porqué estamos hablando de cómo los medios de comunicación normales construyen relatos para condicionar nuestra opinión.
Pasamos ahora a las acciones militares ucranianas. Aquí las imágenes que nos ofrecen son totalmente opuestas. Ahora un tanque ruso destruido, ahora un depósito de municiones que ha estallado, en definitiva sólo objetivos y logros bélicos. Es evidente que lo que se desprende de esta construcción es la maldad de los rusos que se dedican a perseguir a la población civil y los logros militares ucranianos, a pesar de que la ofensiva rusa lentamente, sin embargo, sigue imparable y que ya hay países occidentales que se preguntan cuál es el rendimiento militar que está sacando el ejército ucraniano de la fuerte inversión en nuevas armas y municiones que se está realizando desde hace meses.
Más cosas, es incuestionable que la tragedia de esta guerra está provocando otra. Nos referimos a la falta de cereales sobre todo en África, donde están los países que más dependen de las producciones rusas y ucranianas. Pero al mismo tiempo ocurre que cerca de 2 millones de hectáreas agrícolas en la UE se mantienen en barbecho de acuerdo con la política agraria común, a fin de no producir excedentes y que en estos momentos todavía están discutiendo si se puede plantar o no.
Era evidente que habría ese problema de grano desde el día uno de la guerra y era evidente que en Europa hay multitud de superficie sin utilizar. Sin embargo, nadie se ha fijado en esta cuestión y nadie ha reclamado que se cultive pensando sobre todo en alimentar a África, que es otro de los múltiples ejemplos de unos medios de comunicación políticamente orientados, por no citar la cacería contra el Tribunal Supremo de EE.UU. por haberse atrevido a devolver a los estados de la federación el derecho a legislar sobre el aborto, que es exactamente lo que ha hecho. Y a pesar de este paso que favorece lo que aquí llamaríamos la “democracia de base” o el federalismo, les acusan desde las páginas de nuestros diarios de actuar contra la voluntad democrática.
Todo este sistema de engaños que tiene continuidad en la política no es llevadero en el tiempo y contribuye al proceso de degradación que va viviendo la situación política en Europa.