A una semana de la finalización de los ERTE actuales, aún el gobierno, la patronal y los sindicatos no han llegado a un mutuo acuerdo con el gobierno de España. Aún no está claro cuál será el mecanismo de protección que tendrán los trabajadores afectados por los cierres de empresas en plena segunda ola del coronavirus. Los recursos del Estado comienzan a escasear para hacer frente a los ingentes gastos que afronta y la «cirugía fina» o «tijera» asoma en esta nueva prórroga para los 740.000 trabajadores aún en «paro temporal». Pese a todo, aún hay voluntad de extender las ayudas hasta finales del próximo enero si se desencalla el punto muerto en que están varadas las partes
Los agentes sociales no aceptan los recortes que pretende el Gobierno, que cosecha su primer revés en este terreno. La sectorialización de los ERTE en esta nueva prórroga amenaza con dejar fuera a sectores clave muy intensivos en mano de obra para centrarse en los que Trabajo ha identificado como los más estancados (turismo, agencias de viaje, ocio y cultura, y transporte). La lista deja fuera multitud de actividades que solo estarán protegidas en caso de rebrote, un aspecto que rechazan las patronales y UGT. Los empresarios amagan con no firmar hasta que no haya algún tipo de cobertura.
José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social, responsable de las exoneraciones de las que gozan las empresas en ERTE en cuanto a las cotizaciones sociales a abonar a la Seguridad Social, apuesta por «diferenciar» a los negocios que puedan acogerse a los ERTE, porque «no todo el mundo precisa el mismo nivel de apoyo». El ministro defiende la aplicación de «elementos de flexibilidad» con un «mayor nivel de especialización». En este sentido, ha reconocido que existe una gran limitación presupuestaria.
La ministra de Empleo, Yolanda Díaz, ha reconocido que el punto de las cotizaciones sociales es el que más controversias está generando en el seno del diálogo social con sindicatos y empresarios. Aunque también ha admitido que no serán ERTE generalizados, Díaz ha aclarado que «hay que proteger la actividad paralizada, y todo lo que tiene en su entorno también. Ese es el perímetro es el que hay que proteger».