Son conocidos ya los datos de los registros civiles sobre la mortalidad por encima de lo normal en estos últimos dos meses. No todas las muertes son debidas al Covid-19, pero sí la parte más importante de este exceso, que presenta otras patologías que están inducidas por la crisis hospitalaria sufrida debido a la pandemia.
La observación de los datos sobre el exceso de mortalidad en relación con el 20 y 27 de mayo llama la atención. En la gran mayoría de las CCAA se da el exceso, si bien con grandes diferencias. Este exceso de mortalidad destaca por su bajo impacto en el caso de Canarias, Murcia y Galicia, que se sitúan en excesos que van del 4,2 al 11,2%, es decir, muy poco.
También Andalucía, aunque su importancia demográfica presenta un exceso de mortalidad pequeño, entre el 8,7 y el 14,7%, según si se observa el 20 o el 27 de mayo. La distancia con Madrid, Castilla-La Mancha y Cataluña es sideral, porque el exceso de mortalidad en la comunidad madrileña es del 214,3%, la de Castilla-La Mancha del 176,9, y la de Cataluña, en tercer lugar, del 108%. Pero lo que llama la atención y lo que debería marcar una señal de alerta es la evolución catalana.
En la mayoría de las comunidades, los porcentajes entre aquellas dos fechas se mantienen prácticamente constantes o crecen poco. No es el caso de Madrid, donde entre el 20 y el 27 de mayo el incremento en puntos porcentuales es de 31. En Castilla-La Mancha es de 25,3, pero es que en Cataluña es prácticamente de 70 puntos de incremento de exceso de mortalidad en una semana. Es una evolución absolutamente anómala que puede tener la explicación en un gran retraso en el apuntamiento de las defunciones, pero si no fuera así debería alertar sobre la dinámica subyacente que presentan estas cifras, porque hablarían de un riesgo potencial de rebrote importante. El Departamento de Sanidad debería aclarar con relación a la administración de justicia la explicación de este fenómeno que sólo se ha producido en el caso de Cataluña.
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Llama la atención y debe marcar una señal de alerta la evolución de la mortalidad catalana Share on X