Quienes esperaban un cambio en el gobierno de Barcelona porque se creyeron la campaña de Collboni, ya están empezando a ver que la cosa no va por ahí. Será más de lo mismo.
Los que decían que gobernarían los que lo habían hecho con Colau parece que aciertan. Al menos a juzgar por los primeros días de gobierno.
Los atascos se multiplican por las obras de verano, pero también porque se sigue con el criterio de ir restringiendo carriles de circulación para automóviles.
Durante unos meses la calle Aragó quedará reducida a sólo dos carriles por las famosas obras de la Seu, es decir del tranvía por la Diagonal. Esa calle, una de las principales vías de acceso a Barcelona, sólo tendrá dos carriles para los vehículos privados, dos para las bicicletas y uno para los autobuses. En conjunto, el panorama de accesos a Barcelona es éste.
Además del estrangulamiento de Aragón, en Via Augusta ya ha afirmado el ingeniero municipal jefe que se mantendrán los carriles bici y, por tanto, el acceso a la ciudad desde el Vallès Occidental quedará reducido a dos carriles. Y si añadimos la situación del túnel de Glòries, tendremos que los principales accesos a Barcelona se han ahogado hasta limitarlos a la mínima expresión. Es una forma de disuadir de venir a realizar gestiones ya trabajar en la ciudad y también de expulsar a empresas. La prioridad para el turismo masivo se vuelve cada vez más clara y total.
Además de reafirmar que se mantiene el proyecto Colau , también quedará intocado el proyecto de Via Laietana, que ahoga los desplazamientos mar-montaña de la ciudad, uno de los que estructuralmente presenta mayores dificultades. El ingeniero jefe oriol Altisench, el nuevo hombre fuerte del Ayuntamiento, ya lo ha dicho claramente en rueda de prensa: «hay una voluntad muy clara de no parar nada, por supuesto todo continúa como estaba previsto». Es decir, sigue a Colau sin ella a la cabeza .
La consecuencia de todo ello es la que estamos viendo: accesos estrangulados, el colapso de la Via Laietana, el colapso del tranvía por la Diagonal y además nuevos carriles bici. Uno de los cambios, parece lógico, es trasladarlo del paso central de la Gran Vía a la calzada lateral, liberando así a los peatones de su difícil convivencia con las bicicletas, pero el resultado será la afectación de la circulación por esta importante arteria de la ciudad. Además se harán nuevos tramos en el paseo Maragall, en Córcega, en la calle Independencia entre Meridiana y Sant Antoni Claret, que ya ha estado abierto este fin de semana, así como la construcción de nuevos carriles bici en la calle Mallorca y en el paseo Marítim.
Pese a que el rechazo a la política de Colau ha sido extraordinario, he aquí por donde que la forma de votar de los barceloneses conduce a que su legado se eternice y crezca. La pregunta es obligada: ¿de qué han servido las elecciones municipales en Barcelona?