El Idescat, el Instituto de Estadística de Cataluña, ha hecho pública la encuesta de condiciones de vida 2023, sobre cómo ha evolucionado desde 8 y 10 años atrás la situación de la pobreza, las desigualdades y, en definitiva, las dificultades para vivir que tiene una parte de la población catalana. Los resultados indican que en los últimos 8 años, sobre los que ahora facilita información el Idescat, la cosa no ha mejorado y en algún aspecto, como veremos, ha empeorado. La base del diagnóstico es la denominada tasa AROPE, que mide el riesgo de pobreza o exclusión social, que es un indicador básico de la Unión Europea. Tiene tres componentes: la tasa de riesgo de pobreza, la población con baja intensidad de trabajo y la privación material severa.
La evolución desde 2015 hasta 2023 señala que la tasa AROPE ha crecido del 23% al 24,4%, afecta a 1 de cada 4 catalanes, y eso es mucho. Esta evolución negativa se debe sobre todo al notable aumento de la pobreza severa, que ha pasado del 6,5% al 8,9%, porque los otros dos componentes han mejorado, sobre todo en cuanto a la población con baja intensidad de trabajo, que se redujo del 9,1% al 6,6%. Mientras que la pobreza relativa, que mide esa parte de la población que tiene unos ingresos situados por debajo del 60% de la mediana de renta, también se ha reducido del 19% al 18%.
Por tanto, lo que ha pasado es que ha aumentado el núcleo de población que vive con más dificultades y eso lo ha hecho a pesar de que ahora hay más gente con trabajo.
Esta primera aproximación puede señalar la existencia de dos factores interrelacionados. Por un lado, el gran aumento de la inmigración. Por otro, la baja remuneración del trabajo, porque éste se produce sobre todo en sectores de escasa productividad.
Si observamos la tasa AROPE de1 de cada 4 ciudadanos de Cataluña que se encuentra en situación de pobreza y exclusión social, podemos constatar algunos hechos de importancia relevante que señalan algunas patologías sociales:
- Los más perjudicados son los menores de 16 años, porque 1 de cada 3 se encuentra en esta situación. Al otro lado del espectro de edades se encuentra la población de 65 y más años es la que presenta una mejor situación, ya que no llegan al 20% las personas que caen en la definición de la tasa AROPE. Por tanto, aquí tenemos un primer y grave problema, la pobreza y las carencias se ceban sobre todo con los más jóvenes, que son nuestro principal capital para el mañana. Si 1/3 de éstos viven en malas condiciones, difícilmente levantarán el vuelo en lo que les queda de vida. Esto sin considerar otro aspecto negativo que se abate sobre nuestra juventud y que es un compendio de males: las dependencias y adicciones, la extensión de las enfermedades de transmisión sexual, la carencia de criterios morales sólidos, una notable desorientación. Si 1/3 de nuestra población futura está en malas condiciones para encarar el porvenir, difícilmente puede ir bien el país.
- Quienes sufren mayor situación de pobreza son los hogares con hijos dependientes porque alcanzan el 28,1% por encima de la media. Este hecho es consistente con la pobreza infantil y todo ello señala las dos grandes carencias crónicas de España, que en Cataluña no sólo no han remediado, sino que el gobierno ha mirado hacia otro lado. Se trata de la falta de ayuda a las familias con hijos, un escándalo si lo comparamos con la media europea, y que contribuye a explicar que estemos en los primeros puestos en el ranking de pobreza infantil en Europa.
- El otro factor que explica el crecimiento de la tasa AROPE es la inmigración. Mientras que en la población de nacionalidad española ésta alcanza el 19,2%, en los extranjeros alcanza el 48%. El exceso de inmigración que registramos altera profundamente las condiciones de vida con diversas ramificaciones. La idea deslumbrante de que hace crecer el PIB debería desmontarse, porque al mismo tiempo dificulta el crecimiento de ese PIB por persona, dada la baja productividad, y aumenta la presión sobre necesidades mal resueltas, sobre todo en materia de vivienda y educación .
- Un cuarto factor a tener en cuenta es cómo las transferencias públicas ayudan a reducir la pobreza. Si éstas fueran cero, la tasa AROPE estaría en el 40,2% en 2023. La inyección de las pensiones reduce esa cifra en 16,3 puntos, mientras que el conjunto de las demás prestaciones sólo lo hacen en un 5,9. Este hecho explica por qué son los jubilados quienes presentan una mejor situación en relación a la pobreza porque el factor más compensatorio de todos es precisamente su pensión de jubilación, mientras que todas las demás ayudas del estado a la familia, ingreso mínimo vital, la renta garantizada de ciudadanía, etc., todo sumado representa aquel escaso 5,9%, es decir, del orden de sólo 1/3 de lo que significan las pensiones.
Esta radiografía señala que los mecanismos sociales de España y Cataluña están profundamente descompensados en la última etapa de la vida de la gente, mientras que son abiertamente insuficientes para dotar de una mínima igualdad de oportunidades a la gente joven y de compensar a las familias su esfuerzo y evitar a muchas de ellas que tener hijos les sitúe en la pendiente de la pobreza. Mientras, año tras año, cada vez nacen menos niños y llega más gente de fuera. Éste sería el resumen de la política social española y catalana.
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