Y el título no es una exageración, sino la constatación de la evidencia. El estruendo que ha generado el resultado PISA en Cataluña ha dado lugar a un alud de múltiples explicaciones. Pero sólo nos sirven las que sean específicas del caso catalán. Porque, por ejemplo, el desbarajuste de las leyes educativas que ha dado lugar a 8 leyes desde el restablecimiento de la democracia, lo que significa una nueva ley cada 5 años, nos explica muy poco del caso de Cataluña, ya que afecta a todas las autonomías y en todo caso la cuestión sería examinar cómo se han aplicado los cambios en cada una.
La gran culpable de la caída, la Covid, se ha sufrido por todas partes y este hecho no impide que entre Cataluña y Castilla y León haya prácticamente un curso de diferencia, aproximadamente 40 puntos (en otras valoraciones un curso se estima en 20 puntos). Las causas generales no sirven demasiado para explicar el desastre catalán, al menos es necesario bajar al detalle y determinar las posibles diferencias. Sin embargo, sí hay un factor que debería mover a la reflexión. Se trata de las brutales diferencias entre la escuela concertada y la pública.
Rendimiento de la escuela concertada
El rendimiento de la escuela concertada es mejor en toda España, pero si fijamos el foco en Cataluña, constataremos que esta diferencia es aún mayor. En comprensión lectora, la distancia en España entre concertada y pública es de 21 puntos. Es mucho porque equivale a más de medio año de escolarización, pero en Cataluña es de 36 puntos, mucho más, por lo que el resultado de la concertada en Cataluña es prácticamente el mismo que obtiene Castilla y León, que se sitúa a la cabeza en todo y supera sin problemas la media de la UE y de la OCDE, con 498 puntos por 487 de la concertada catalana y 451 de la pública. De modo que la pública catalana se situaría en el último lugar de las comunidades autónomas por detrás de Canarias.
En matemáticas, la diferencia a escala de todo el estado entre concertada y pública, es de 15 puntos, es decir, casi medio año de escolarización de diferencia. Pero es que en Catalunya es de casi 40 puntos, los que van de 495 hasta los 458. Por tanto, no sólo hay un mundo de diferencia entre concertada y pública en nuestro país, sino que además ésta es mucho mayor que para el conjunto de España. También en este caso la concertada catalana lograría casi los mismos resultados que Castilla y León en este ámbito de las matemáticas, obteniendo 499 puntos.
En ciencias, la diferencia entre ambos tipos de enseñanza es favorable a la concertada por 16 puntos, pero en el caso catalán la distancia es otra vez tan grande que casi llega a 40 puntos, los que van de los 503 de la concertada a los 466 de la pública, que también sitúan a Catalunya en el último puesto del ranking de las comunidades autónomas.
La primera conclusión es del todo evidente: si el sistema escolar catalán lograra los resultados que logra la concertada catalana, nuestro país estaría al frente de la clasificación y superaría los resultados medios que se dan en la UE y en la OCDE.
También tendríamos a muchos más alumnos en los niveles máximos o de alto rendimiento del PISA, el nivel 5 o superior, significativamente menos alumnos en el nivel 1 o inferior, y esto en todos los ámbitos, comprensión lectora, matemáticas y ciencias. Este hecho se da además con un factor que aún hace más interesante la comparación y el análisis a fondo, porque la financiación de la escuela pública es mucho mayor que la de la concertada: mientras que en primaria la pública recibe casi 3.000 euros por plaza escolar, la concertada no alcanza 2.500 euros. Pero es que en ESO, cuando se realizan las pruebas PISA, la diferencia es aún mayor. Una plaza escolar en la pública tiene un coste de 4.400 euros, mientras que en la concertada queda limitado a 2.955 euros.
Los profesores en la concertada, además, cobran menos y trabajan más porque hay la sexta hora. El número de alumnos por profesor, el factor aula, es en la mayoría de los casos peor en el caso de la concertada que en la pública. Se puede creer, y existe una parte de razón, que la población de renta de niveles medios y altos llevan a sus hijos a este tipo de escuela y esto facilita el buen resultado escolar. Sin embargo, ver la concertada desde esta perspectiva es olvidar que en Cataluña representa el 34% de los centros (1.171), y obviamente estos centros no los llenan sólo las clases acomodadas, sino que hay mucha concertada a la que acude población con pocos recursos y que están ubicadas en zonas socialmente de ingresos bajos.
Posiblemente, si estudiáramos la concertada internamente encontraríamos diferencias entre unos y otros centros, pero lo que cuenta es que el valor conjunto está tan distanciado de la pública que nos dice que hay un factor educativo que en la pública no debe jugar de una modo determinante. Más si tenemos en cuenta lo que ha sido apuntado antes sobre salarios de los profesores, alumnos por aula y dinero por plaza escolar.
La respuesta de la concertada debe formar parte de la solución del problema catalán porque alcanza unos extraordinarios resultados, aunque además políticamente está mal vista por quienes gobiernan Catalunya, hasta el extremo de negar el concierto a las escuelas que hacen educación diferenciada, aunque los resultados obtenidos por chicos y chicos son extraordinariamente mejores que losde la enseñanza pública. De hecho, muchas de las razones que favorecen su proceso educador deben buscarse en los factores que apuntábamos en un anterior artículo.
Si queremos caminar por la sólida vía de la excelencia, es evidente que identificar lo que marca la diferencia en Cataluña entre concertada y pública, forma parte de la respuesta.