Desde hace más de cincuenta años, la Flama del Canigó llega a todos los rincones de Catalunya, simbolizando la unión y la persistencia de la cultura catalana. Cada año, el 23 de junio, Barcelona acoge la Flama con una gran celebración en la plaza de Sant Jaume. Los gigantes de la ciudad, los cabezudos Macers y el Àliga son los encargados de recibirla, mientras los asistentes disfrutan de conciertos y otras actividades culturales. Este fuego, procedente de la cima del Canigó, es después distribuido por toda la ciudad para encender las hogueras de Sant Joan en los diferentes barrios.
Horario y Programa del Recibimiento de la Flama del Canigó en Barcelona
La víspera de San Juan, el 23 de junio, se realizan los siguientes actos en Barcelona:
- 16:30 horas : La Flama del Canigó sale del Camp Nou hacia la plaza de Sant Jaume.
- 17:45 horas : Inicio de la fiesta de recibimiento con la participación del Àliga, los Capgrossos Macers y los gigantes de la ciudad, acompañados por la copla Sant Jordi – Ciutat de Barcelona.
- 18:00 horas : Llegada de la Flama a la plaza de Sant Jaume y encendido del pebetero. Los Castellers de Barcelona levantan un pilar de honor y los elementos festivos de la ciudad realizan sus bailes.
- 18:15 horas : Lectura del mensaje anual de la Flama, escrito por Lluís Puig, y parlamentos institucionales.
- 18:30 horas : Distribución de la Flama en los equipos de los distritos y barrios de la ciudad para encender sus hogueras.
Recorrido de la Flama del Canigó en Barcelona
La Flama del Canigó llega a Barcelona por el barrio de Les Corts, iniciando su recorrido en el Camp Nou y siguiendo este itinerario:
- Carrer d’Arístides Maillol
- Carrer de la Riera Blanca
- Avinguda de Madrid
- Carrer de Tarragona
- Plaça d’Espanya
- Gran Via de les Corts Catalanes
- Plaça de la Universitat
- Carrer de Pelai
- Carrer de Fontanella
- Via Laietana
- Carrer de Jaume I
¿Qué es la Flama del Canigó?
La Flama del Canigó es uno de los rituales más emblemáticos de la noche de San Juan. Este fuego, que nace en la cima del macizo del Canigó en la Catalunya Nord, se extiende en una sola noche por todos los territorios de habla catalana para encender las hogueras de Sant Joan. La llama nunca se apaga; durante el resto del año se conserva en el Museo de la Casa Pairal de Perpiñán hasta que cada 22 de junio se lleva de nuevo a la cima del Canigó.
A medianoche, la Flama comienza su recorrido, desdoblándose para encender las hogueras de Sant Joan en cientos de poblaciones de habla catalana, simbolizando la pervivencia de la cultura catalana. La tradición empezó en 1955 cuando Francesc Pujadas, un vecino del Vallespir, tuvo la idea de encender los fuegos de San Juan en la cima de la montaña y repartir la llama por doquier. En 1966, la Flama atravesó el Pirineo, llegando a Vic, y un año después fue recibida en el Ayuntamiento de Barcelona.
Con estos actos, se refuerza la identidad cultural catalana y se mantiene viva una tradición que conecta el presente con las raíces históricas del país.
El Impacto de la Flama del Canigó
La Flama del Canigó no sólo es un símbolo de la unidad y continuidad de la cultura catalana, sino que también representa la resistencia y la identidad de un pueblo. Esta tradición ha sido una herramienta de cohesión social, conectando a personas de diferentes generaciones y regiones a través de un mismo fuego. Cada año, la Flama pone en marcha hogueras que iluminan las noches de San Juan, haciendo que esta fiesta sea una de las más esperadas y queridas por los catalanes.
Participación Internacional
Además de las celebraciones en Cataluña, la Flama del Canigó ha atravesado fronteras y ha llegado a otras regiones de habla catalana, como Andorra, la Cataluña Norte y la Comunidad Valenciana, así como en la Franja de Ponent y las Islas Baleares. Esta expansión refuerza aún más el sentimiento de hermandad entre los territorios de habla catalana y fortalece los vínculos culturales e históricos que les unen.
La Flama del Canigó es mucho más que una simple tradición; es un símbolo de la resistencia y la identidad catalana, una celebración de la cultura y la historia que une a los territorios de habla catalana en una fiesta de luz y fuego. Esta tradición, que ha perdurado más de medio siglo, sigue siendo un evento clave para los catalanes, manteniendo viva la llama de su identidad y cultura.