El PNV que ha celebrado como cada año con motivo de la Pascua, el Aberri Eguna, el día de la patria que se celebra el domingo de Resurrección (lo que deja claro el origen del PNV), ya ha hecho pública su posición que da prioridad a la lucha contra la pandemia y a la recuperación económica por encima del nuevo Estatuto. Primero gestión y soluciones a la crisis sanitaria, social y económica generadas por la pandemia, y luego, una vez completado el Estatuto de Gernika, un nuevo marco estatutario.
Esta es la vía señalada por Andoni Ortuzar, presidente del PNV, con motivo de la celebración del Aberri Eguna. Esta es también la respuesta implícita a los planteamientos de EH Bildu que empuja a una especie de vía catalana. Hay que recordar que el PNV, tras los últimos acuerdos con el gobierno español, habrá completado prácticamente los contenidos de su Estatuto de Autonomía, dado que resuelve los siempre difíciles acuerdos en materia de competencia en prisiones y de gestión de la Seguridad Social.
Contrasta esta línea de los nacionalistas vascos con la situación catalana, que muestra simultáneamente el mayor de los desintereses por los problemas que nos afectan, como lo muestra el pacto entre ERC y la CUP , donde no hay ni una sola línea dedicada a la lucha contra la pandemia. Y en contrapartida aparecen planteamientos disparatados como el de dedicar 1.000 millones de euros a la política de vivienda o aplicar la Renta Básica Universal (RBU) de 735 euros mensuales para todo residente en Cataluña y 150 euros para cada menor de edad.
El economista de JxCat, Germà Bel, apunta que son necesarios 49.000 millones de euros al año para alcanzar este compromiso. La CUP lo defiende a base de un aumento de la presión fiscal que concentraría al 20% de los contribuyentes con más ingresos, más un impuesto especial a las grandes fortunas, más un impuesto general más alto al patrimonio y recuperar los que ya existían en materia de sucesiones y donaciones, sin descontar el hecho de incrementarlos.
También subiendo el gravamen del juego, que hay que recordar que el mismo independentismo redujo para facilitar el proyecto de hoteles y casinos en la zona de Tarragona que aún está en el aire. También la CUP quiere aplicar un tipo único de IRPF del 49% y que, por tanto, afectaría a todos. No hay ningún país del mundo que tenga en cartera un proyecto de este tipo, pero es igual. La «innovación» con el dinero de todos es el punto fuerte del independentismo o al menos de la CUP .
Por el momento este es el único pacto de gobierno que tenemos sobre la mesa, porque el otro, el que puede dar la mayoría absoluta con JxCat, es evidente que no se ha logrado ni se sabe cuándo se podrá llevar a cabo. Hay tiempo hasta el 25 de mayo, fecha a partir de la cual se convocarían automáticamente las elecciones. Pero, es evidente que mes a mes, y ya llevamos muchos, en Cataluña no hay gobierno, con todas las consecuencias que conlleva. Entre ellas una de las menos analizadas es el predominio creciente del peso de los grupos corporativos en el seno de la Generalitat. Este hecho es notabilísimo allí donde el corporativismo de por sí es más fuerte, y en este momento existen al menos tres partidos que actúan en función de la salvaguarda de sus intereses corporativos. Son el de los altos funcionarios del área de Salud. con diferencia la que se lleva más recursos, los de enseñanza y los cargos directivos y responsables de programas de TV3. Es lógico, tantos recursos económicos como los que tiene la Generalitat sin autoridad política terminan siempre en manos de algún otro poder, porque lo que es del todo cierto es que el vaso nunca queda vacío.
Es una notable paradoja: persiguiendo el cielo de un estado independiente que nadie sabe cómo conseguir, ha acabado generando un sistema político corporativo en el que el gobierno no gobierna y el Parlamento se convierte en inexistente . Es la consecuencia de la república virtual decretada por Puigdemont.
Por si fuera poco, en las filas de JxCat también se producen conflictos de difícil comprensión como el de la defenestración de Jaume Alonso-Cuevillas, el que ha sido abogado de Puigdemont, debido a sus declaraciones en Vilaweb en las que decía que no debía desobedecer desde la mesa del Parlamento mandatos que comportaran el riesgo de inhabilitación por desobediencia, contradiciendo así la estrategia de JxCat, de la frontalidad del conflicto. Lo que no resulta comprensible es que Alonso-Cuevillas aceptara ir a la mesa conociendo perfectamente la vía de confrontación que desde el Parlamento Laura Borràs pensaba seguir.
La cuestión es hasta cuando Cataluña puede continuar en este estado de cosas, que tienen su última razón en los resultados electorales que obtuvieron las fuerzas independentistas por un lado y la incapacidad de que se construya una alternativa catalana que conduzca a la normalidad y a la buena administración.