Hacía tiempo que no iba a pasear por el centro de Barcelona y la imagen es desoladora. Los bloques de hormigón de color amarillo que delimitan el espacio para las mesas de las terrazas de los bares, con alguna pintada de color negro, es la tónica general. Pero, además, el caso de la calle Consell de Cent, ya es de película.
No he podido evitar tomar una foto, que envío con esta carta. La esquina de Consell de Cent con Rambla de Catalunya ofrece un aspecto sucio y dejado. El suelo de la calle, con unas pintadas amarillas, que al parecer son para que la gente pueda pasear, sólo se utilizan para que aparquen los coches. Además la calle ha quedado reducida a un solo carril para los coches y esto provoca largas colas que afectan a la circulación de las calles que lo cruzan.
Y yo me pregunto, ¿cuál es el balance que hace el Ayuntamiento sobre los cambios en la calle Consell de Cent? porque la verdad, no veo ni una ventaja, sólo una anomalía (ya no hablemos de estética) en el centro de Barcelona.