Pujol, un político con mentalidad de hombre de estado
Cuando se dice que Jordi Pujol es—y sigue siendo—un político con mentalidad de hombre de estado, se utiliza un calificativo que ha desaparecido casi completamente del lenguaje político y mediático actual, probablemente porque hoy en día hay pocas figuras a las que se pueda aplicar esta calificación. Ni siquiera el más ferviente seguidor de Pedro Sánchez se atrevería a decir tal cosa de él.
Pujol ejerció este papel como constructor de las estructuras de gobierno de Catalunya, como lo hizo antes Enric Prat de la Riba de una manera quizás más modesta pero pionera y docente. A diferencia de este último, Pujol también tuvo una visión de la política española. Él aspiraba a dotar al Estado español de solidez y estabilidad, lo que no siempre coincidía con las políticas del gobierno central de turno. En tiempos del terrorismo de ETA, por ejemplo, Pujol reiteraba que había apoyado más veces al ministro del Interior que al líder del partido de la oposición, considerando que la lucha contra el terrorismo era una prioridad estatal por encima de las luchas partidistas.
Puntal de la monarquía española y el Pacto del Majestic
Pujol se erigió como un sólido puntal de la monarquía española, y el presidente del gobierno de turno sabía que podía acudir a él en momentos complicados. Esta postura quedó evidenciada en el Pacto del Majestic, donde su apoyo al PP se guiaba por una lógica clara: las instituciones y la sociedad no entenderían que no gobernara el partido más votado. Esto no implicaba un cheque en blanco, sino exigencias claras, pero siempre manteniéndose dentro de los límites de lo posible, que garantizaran la estabilidad. Por eso rechazó la iniciativa del Pacto Fiscal, impulsada por el equipo electoral de Molins, limitándose a una mejora notable —pero sólo una mejora— del sistema de financiación.
Visión estatal y episodios significativos
Sin embargo, desde sectores catalanes que siempre han profesado un odio visceral hacia Pujol, se le ha descrito como un peligroso protoindependentista. Desde la política española, y especialmente desde medios como ABC y El Mundo -este último con un empeño de depredador entomológico- han olvidado rápidamente los elogios que le dedicaban y las declaraciones que le calificaban como el español del año.
Pero esa visión estatal tuvo excepciones. Uno de los episodios más significativos fue el referéndum sobre la OTAN. En ese momento, Felipe González y el PSOE ejercían un gran poder, con mayoría absoluta y un control firme de las instituciones. En Cataluña, los ayuntamientos importantes y la Diputació estaban en manos socialistas. Pujol lanzó una advertencia.
Referéndum sobre la OTAN
Para entenderlo plenamente hay que recordar que, aunque el PSOE se había opuesto a la entrada en la OTAN durante la Transición, una vez logró el gobierno en 1982, cambió de postura y convocó un referéndum para legitimar políticamente la participación en esta alianza militar. En respuesta, Pujol, un atlantista convencido desde siempre, dio la consigna a su partido de votar «no» en el referéndum, sabiendo que el resultado afirmativo estaba prácticamente asegurado a nivel estatal. Sin una campaña pública a favor del “no”, pero con la eficacia del boca a boca de CDC, Catalunya votó mayoritariamente en contra de la OTAN, demostrando el poder político de Pujol y haciendo evidente que no se podía hacer política en España sin tenerlo en cuenta, pese a la mayoría absoluta del PSOE en el Congreso.
Resistencia a participar en el gobierno español
Pese a su visión de estado y su apoyo en cuestiones clave, Pujol se resistió constantemente a participar en el gobierno español, independientemente del partido en el poder. Esta postura generó profundas discrepancias con Miquel Roca, quien siempre aspiraba a un ministerio, pero nunca lo logró. Pujol no quería responsabilizarse de la acción de gobierno de un partido español, fuera el PSOE o el PP.
La situación actual del gobierno Sánchez, con ministros que son a la vez oposición y gobierno, era impensable para Pujol. Su concepción de la política era distinta. Estaba, eso sí, interesado en participar pero en otro nivel, más de estado y menos de partido en ámbitos como el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial, o las empresas públicas. Buscaba la influencia fuera del juego directo de los partidos .
Obsesión por Cataluña
Pero su principal preocupación siempre fue Catalunya, su país, que se convertía en la obsesión en el mejor sentido del término. Su vida estuvo dedicada casi exclusivamente a construir Catalunya, una misión que siempre tuvo clara y definió su vocación. Como Prat de la Riba, Pujol mantenía a Catalunya en la cabeza, y la reconocía en cada pueblo que visitaba cada fin de semana. Fue un modelo de hombre de gobierno difícil de replicar: sentido de misión, visión, preparación para desarrollarla, entrega ilimitada, servicio.
Rutina y necesidad de cambio
Con el paso de los años, su gestión se convirtió en rutina, un modo de vida que, sin embargo, no resta valor al modelo. Esto apunta a la necesidad de no eternizarse en el poder, limitando y separando mandatos. Una cuestión, esta, que curiosamente, no ha sido planteada por ninguno de sus sucesores, posiblemente porque son efímeros: 3 años de Maragall, 4 de Montilla, 6 de Artur Mas, 1 de Puigdemont, 2 de Quim Torra, y 3 de Pedro Aragonés. En 19 años, 6 presidentes, de los que tan sólo dos han agotado su mandato. El contraste es brutal y lo pagamos caro. Podríamos decir que hemos pasado de la solidez bávara de los gobiernos del CSU a los líos y la fugacidad de la IV República francesa.
Cambio cuantitativo de la Generalitat
La Generalitat de la época de Pujol ha cambiado, sobre todo cuantitativamente, por acumulación, pero su diseño y modelo siguen esencialmente iguales, y esto es insostenible. Los indicadores de servicio, las opiniones de los usuarios y de los funcionarios lo evidencian. En 2003, debería haber comenzado una gran reforma; con esto está todo dicho.
La trayectoria de Jordi Pujol marcó un antes y un después en la política española. Desde el Pacto del Majestic hasta el referendo de la OTAN, su influencia fue decisiva. 🔎📜#JordiPujol #PolíticaCatalana #Historia Share on X» username=»conversesacat»]