El 6 de diciembre la administración estadounidense de Joe Biden anunció que llevaría a cabo un boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de invierno de 2022, organizados por China.
Este anuncio, que no fue ninguna sorpresa ya que el presidente de Estados Unidos lo había insinuado antes, fue seguido de declaraciones similares por sus principales aliados anglosajones: Reino Unido, Canadá y Australia .
La medida, que implica que las delegaciones olímpicas de estos países estarán exentas de representantes políticos, pone en evidencia diversas tendencias geopolíticas de enorme importancia.
En primer lugar, la constatación de que la crisis entre China y Estados Unidos se agrava sin cesar a pesar de las esperanzas puestas en Joe Biden en aspectos como la lucha contra el cambio climático. El motivo formal del boicot son las violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen chino, pero es evidente que detrás de ellos hay intereses políticos y económicos cruciales.
En segundo lugar, la cada vez más estrecha alianza entre los países del mundo anglosajón, en detrimento de la Unión Europea. Algo que ya quedó suficientemente demostrado con el anuncio de la alianza AUKUS el pasado septiembre y el varapalo monumental que supuso para el principal actor militar europeo, Francia.
En tercer lugar, la incapacidad europea de tomar una postura política clara en la rivalidad cada vez más profunda entre las dos superpotencias mundiales.
Los principales países europeos, Alemania y Francia, han pedido una posición común en el seno de la UE, añadiendo que no contemplan sumarse al boicot. El ministro francés de educación, Jean-Michel Blanquier, ha afirmado que Francia enviará una representación política, pero de bajo nivel. Parece también inconcebible que países como Hungría boicoteen a China
Sin embargo, las tendencias marcadamente proamericanas de Estados miembros como los Países Bajos o las repúblicas bálticas hacen que la unidad europea parezca imposible.
De hecho, el secretario general del Servicio Europeo de Acción Exterior, el “ministerio de asuntos exteriores” de la UE, Stefano Sannino, ya ha dado un paso atrás al afirmar que la decisión de boicotear o no los juegos pertenecía a cada estado miembro.
El gobierno chino no desperdiciará la oportunidad para intentar ridiculizar las democracias occidentales
En cuarto lugar, la decisión de Washington servirá para comprobar cuál de los dos rivales logra más apoyos internacionales. Rusia, por ejemplo, ya ha anunciado que Vladimir Putin estará presente en Pekín.
El gobierno chino no desperdiciará la oportunidad para ridiculizar las democracias occidentales e intentará reunir en el evento al mayor número posible de dirigentes de todo el mundo.
Declarada la guerra de influencia, durante los próximos meses las cancillerías de Pekín y Washington hervirán de actividad para atraer apoyos. El resultado de este enfrentamiento diplomático dirá mucho sobre el peso real de China en la esfera internacional .
El resultado de este enfrentamiento diplomático dirá mucho sobre el peso real de China en la esfera internacional Share on X