Las 12 peligrosas herencias económicas de Sánchez

Cuando Pedro Sánchez abandone el gobierno —sea en unas elecciones anticipadas o en el 2027— lo que dejará será una herencia económica muy peligrosa, en el umbral del desastre y, en algunos aspectos, sobrepasándolo.

Las lecturas de los diagnósticos económicos formulados a lo largo de los últimos meses, más allá de la retórica gubernamental o de la oposición, coinciden en señalar con rotundidad un conjunto de problemas que, analizados uno a uno, serían ya graves. En su conjunto, el panorama es devastador. ¿Cuáles son estas cuestiones? Nada nuevo bajo el sol, más allá de inventariarlas de forma sistemática:

1- La natalidad

Es la obviedad más desatendida. España combina una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo (1,2 hijos por mujer en el 2023) con un envejecimiento acelerado de la población: comienza a jubilarse la generación más numerosa, la del baby-boom. El gobierno y la oposición muestran una indiferencia incomprensible frente a un problema tan destructivo. Pensar que la inmigración lo resolverá es una ilusión:

  1. El capital humano y la productividad inicial de los inmigrantes suelen ser inferiores a los autóctonos.
  2. A medio plazo, no está claro que España siga siendo un polo de atracción migratoria.
  3. En caso de que lo fuera, el volumen necesario provocaría un verdadero proceso de sustitución demográfica.

El conflicto social, ya perceptible en algunas zonas, quedaría servido.

2- La productividad

Es el cuello de botella que nos asfixia. Desde 2019, el PIB ha crecido un 8%, pero la población lo ha hecho un 8,3%. Esto significa que el PIB por habitante ha caído, siendo este indicador el que mide el bienestar real. En 2006, la renta per cápita española era un 5% superior a la media de la UE; hoy es solo el 91,5% de esta. En 20 años hemos perdido 13,5 puntos, a razón de un medio punto por año. Sin mejora de la productividad no habrá mejora salarial ni de renta.

3- El paro crónico

Se han creado muchos puestos de trabajo, cierto, pero el paro se mantiene en el 10%, cuando en la UE roza el 6%. El 80% de los nuevos puestos los han ocupado inmigrantes, por lo que la bolsa de parados autóctonos sigue siendo desproporcionada. No se prevé bajar del 8% en la próxima década. El pleno empleo —en torno al 4%— es, de momento, una quimera.

4- El esfuerzo y la cuña fiscal

El gobierno presenta a España como un país de baja presión fiscal. Pero el esfuerzo fiscal (lo que sacrificamos de nuestro salario por impuestos y cotizaciones) está por encima de la media europea. Un trabajador español destina unos 180 días al año solo a pagar impuestos. Medio año de vida en manos del Estado: una réplica contemporánea del diezmo medieval.

5- Los fondos europeos Next Generation: la oportunidad perdida

Debían ser el equivalente al plan Marshall para la posguerra. Pero han fracasado: ni capacidad de ejecución, ni reformas comprometidas, ni transformación estructural. La inversión pública ha sido baja y el arrastre sobre la privada, escaso. Un dato ilustra el fracaso: las empresas españolas mantienen una rentabilidad inferior a las francesas, italianas o alemanas.

6- La política como gran problema

La calidad institucional española y catalana ha decaído. El funcionamiento del gobierno, del Parlamento, de la administración y de la justicia muestra signos de degradación. Las encuestas sitúan ya la política entre los principales problemas del país, incluso por encima de la vivienda. La regeneración parece difícil desde unos partidos inmersos en una carrera hacia el abismo.

7- La vivienda

Hace siete años era un problema incipiente. Hoy es un cáncer con metástasis económica y social. Los precios han crecido más de un 40% en las grandes ciudades durante el mandato de Sánchez. Las promesas incumplidas multiplican la desconfianza y condenan a dos generaciones a vivir traumatizadas. Una verdadera revolución en materia de vivienda es imprescindible, pero no se ve a quien la pueda liderar.

8- Las pensiones

El gran agujero negro. El sistema ya no se autofinancia: cerca de un tercio del gasto se cubre con transferencias del Estado, que se endeuda para ello. La deuda pública roza el 110% del PIB y crece año tras año. La carga recae sobre los jóvenes, que tendrán que asumir un esfuerzo fiscal insostenible.

9- La pobreza extrema: la gente que vive en la calle

Cada vez más personas viven en la calle, especialmente en las grandes ciudades. Es la forma más radical de pobreza, pero el gobierno estatal y los autonómicos la tratan como un asunto menor. Ninguna sociedad digna puede permitir esa situación.

10- La alimentación

El IPC general subió un 2,7% en 2024, pero los alimentos frescos lo hicieron cerca de un 8%. El efecto combinado del encarecimiento y del IVA penaliza sobre todo a las rentas bajas. Cada vez más familias están obligadas a una dieta desequilibrada y nutricionalmente pobre.

11- Las infraestructuras

Autovías, carreteras y ferrocarriles sufren por falta de mantenimiento y por un brutal incremento de la demanda, fruto del turismo masivo y de la llegada de más trabajadores inmigrantes. El colapso es visible en cercanías y autopistas.

12- El colapso de la administración pública

El símbolo es la trampa de la cita previa. No se puede absorber un repentino crecimiento poblacional sin reforzar proporcionalmente los servicios públicos. Sanidad y educación son los grandes damnificados: la calidad se deteriora.

La deuda pública supera el 110% del PIB y los jóvenes pagarán su factura. #Pensiones #Fiscalitad Compartir en X

 

 

 

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