Financiación singular de Cataluña: opacidad, propaganda y elecciones

Parece una comedia, una ópera bufa, como prefiera. Pero la realidad es que, incluso ahora, después de haber firmado el acuerdo entre el Gobierno español y la Generalitat —que se presupone un acto serio y formal, con consecuencias concretas— seguimos sin conocer el contenido de lo que han pactado: el supuesto nuevo sistema de financiación singular para Cataluña.

Ya no se trata de que el proceso legislativo sea incierto —algo bien posible en un sistema parlamentario—. Lo realmente escandaloso, lo que supone una auténtica tomadura de pelo, es que no sepamos todavía de qué va el asunto. No quieren explicarlo quienes lo promueven: la Generalitat de Illa y el Gobierno de Pedro Sánchez.

El presidente de la Generalitat hace un flaco favor a su misión institucional cuando oculta una cuestión tan determinante como esta, que además es resultado de juegos internos dentro del propio PSOE, con el apoyo externo de Esquerra Republicana (ERC).

La entrevista de ayer en La Vanguardia a la consellera de Economía y Hacienda, Alicia Romero, confirma este juego de trileros en el que resulta imposible saber dónde está la bolita.

Vean si no lo que responde la consellera a una pregunta absolutamente lógica: ¿cómo es posible que haya previsiones tan dispares sobre el impacto económico del acuerdo, desde una mejora de solo 600 millones —menos que el chocolate del loro— hasta cifras de 25.000 millones?

La respuesta no tiene desperdicio. Primero, afirma que es imposible saber ahora qué podrá resultar del pacto. Entonces, ¿en qué se han puesto de acuerdo? ¿En los principios? ¿En un enfoque académico? Que nos perdonen, pero lo importante aquí no es la teoría: es el resultado económico. Si no se ha pactado una cifra es porque no han querido hacerlo, o más probablemente, porque no quieren contarlo todavía.

Es absurdo —y una falta de respeto a la inteligencia del ciudadano— decir que se ha acordado un nuevo sistema de financiación y, al mismo tiempo, afirmar que todavía no se puede concretar cómo se traduce eso en euros.

La consellera deja entrever una segunda razón de interés: que la cifra dependerá de cuánto dinero extra esté dispuesto a aportar el Gobierno español al conjunto del sistema autonómico. ¿Nos quieren hacer creer que el Ministerio de Hacienda está negociando con Cataluña un modelo que pretende generalizar sin tener ni un cálculo previo de cuánto costará? Sería una irresponsabilidad radical, y cuesta creer que hayan ido a las negociaciones con las manos en los bolsillos y la cabeza vacía de cifras.

Por tanto, es seguro que ya tienen una idea de la cifra, pero prefieren ocultarla para no agitar las aguas, sobre todo pensando en los votos decisivos de ERC y aún más en los de Junts, siempre más volátiles.

La consellera incluso se atreve con un juego de cifras. Dice: si en 2009, el último sistema, el Estado inyectó 2.500 millones de euros, ajustando esa cifra al IPC, hoy ascendería a unos 18.000 millones, que ella redondea a 20.000. Ya tenemos algo concreto. Sin comprometer al Gobierno, da una cifra de lo que podría esperarse.

¿Y qué puede significar eso para Cataluña? Aunque no se diga, se puede suponer: unos 2.000 millones, atendiendo al peso relativo del PIB catalán, y un poco más por las singularidades, digamos 2.500 millones.

Pero eso queda muy lejos de resolver nuestros problemas. Basta un solo ejemplo: la sanidad catalana arrastra un déficit estructural de entre 3.000 y 4.000 millones anuales. La nueva financiación, singularidades incluidas, ni siquiera serviría para equilibrar las cuentas de la sanidad.

Para ese viaje, si se conforman, no hacía falta tanto tiempo, ni tanto traspaso que no llega, ni tanto funcionario que falta. Bastaba con reivindicar de forma clara los recursos necesarios —digamos 4.000 millones para sanidad— y ya está.

Pero no: de esta otra manera, el asunto se alargará y alargará, sin moverse mucho del sitio. No se trata de resolver, sino de hacer ver que se resuelve. Después, con la ayuda de los medios afines y la publicidad a página entera en todos los periódicos, es decir, con la propaganda, ya harán el resto hasta llegar a las próximas elecciones.

I qui dia passa, any empeny.

Pactan un modelo fiscal para Cataluña y no pueden decir cuánto costará. Así se negocia en la España de 2025. #Trileros #OpacidadFiscal Compartir en X

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