El CIS de Tezanos continúa en el centro de las polémicas, agravadas porque la última encuesta post electoral de Cataluña, tal como se preveía, fue un desastre en cuanto a su acierto y un claro exponente de manipulación política.
Ahora ha hecho público otro sondeo una vez conocidos los resultados de las elecciones. Es una práctica frecuente indagar por qué se ha votado de una determinada manera. Como no podía ser menos, su publicación ha supuesto críticas por aspectos deficientes de su metodología, y por la existencia de preguntas mal formuladas. Pero, desde luego, el grano de la paja es una fuente de información sociológica de interés. Al menos porque no es habitual disponer de encuestas con tantas entrevistas, concretamente 4.300 en toda Cataluña, lo que hace posible, por ejemplo, conocer la opinión de las circunscripciones pequeñas con un grado razonable de error, lo que es poco habitual. En su conjunto el margen de error es de ± 1,6 y el más grande, el caso de Lleida, es de ± 3,9.
Por estas razones pensamos que es de interés hacer una exploración a fondo a lo largo de varios días de esta encuesta que encontrará completa aquí . Yendo más allá de las cuatro referencias que los medios de comunicación han ofrecido, y en algunos casos no lo suficientemente honesta, si empezamos por el principio, que es la mejor forma de entrar en el tema, podemos constatar por ejemplo que el catalán está muy bien asentado porque prácticamente todo el mundo lo entiende o dice que lo entiende, el 98%. La gran mayoría afirma hablarlo con fluidez, el 82%, y aún una cifra mucho mayor, el 93%, dice leerlo. Sólo en la escritura la cosa flaquea. Pero, viniendo de donde venimos, no está nada mal que un 68% afirme escribirlo correctamente. Dejando al margen el posible optimismo de una parte de las respuestas, la radiografía que nos ofrecen estos datos es que la política lingüística de la Generalitat, sobre todo en la escuela, ha demostrado su eficacia, y el catalán hoy está casi totalmente normalizado, porque sólo la flaqueza en la capacidad de escritura, que sería inaceptable si habláramos del castellano, ofrece un punto flaco y todavía no excesivo.
Para la mayoría de la población, la situación general de Cataluña es mala o muy mala, un 42%. Y para otro 40% es regular. Sólo un 17% considera que la situación es buena o muy buena. Evidentemente, estas opiniones deben impregnar el estado de ánimo general del país en el momento presente. Y seguramente el retraso en la formación de gobierno no ayuda a mejorarlo.
Si nos ceñimos a las respuestas en las que el encuestado se clasifica ideológicamente, Cataluña es un país único en Europa porque es totalmente tendente a la izquierda. Un 12,5% se define como progresista, un 14% socialista, un 8,5% socialdemócrata, y un 3% comunista. Casi un 40% se sitúa en el ámbito de la izquierda con los matices que se desee. En contrapartida, los que se consideran conservadores, demócratas cristianos y liberales apenas llegan a la mitad de esa cifra. Curiosamente en un país dominado por el independentismo, sólo un 9% se considera nacionalista. El ecologismo como primera bandera no tiene mucho peso, un 6,5%, y aún menos el feminismo, un 6%.
Estas ideologías adjetivan más bien la primera opción, porque otra cuestión de la encuesta pregunta si además de la primera clasificación añadiría otra, y entonces en esta, evidente, segunda división, el feminismo se coloca en primer lugar con un 9% y el ecologismo con un 8,5%. Por lo tanto, podríamos decir que entre el sujeto y el complemento, el feminismo representa casi el 16% y el ecologismo 15%. Realmente no es mucho si se considera, sobre todo en lo que hace referencia a la primera ideología, que vivimos sumergidos en una avalancha y adoctrinamiento feminista que cada día llena los medios de comunicación y es el eje principal de la vida política. Ahí está, sin embargo, que el 84% de los catalanes no comulga con esta ideología. Como decíamos al inicio, de esta encuesta se puede sacar mucho jugo.