Hay cinco factores decisivos para el presente y el futuro de Cataluña. No sólo son vitales para el país, sino que comparten una característica alarmante: están desatendidos o mal gestionados por el establishment político, mediático, cultural y económico.
Estos son:
- La productividad total de los factores (PTF), pieza angular del funcionamiento de la economía y de nuestro bienestar.
- La enseñanza, que algunos se empeñan en llamar educación, aunque cada vez se parece menos a ninguna de las dos cosas.
- La drástica caída de la natalidad, ya sea porque muchas personas no pueden tener hijos por motivos económicos o porque otras prefieren evitar “quebraderos de cabeza” y optar, más adelante, por el recurso del perro.
- La inmigración intensa, masiva y descontrolada, sin los medios adecuados para integrarla.
- Posiblemente, la raíz de todos los demás problemas: la crisis moral, que se traduce en la incapacidad para determinar qué es el bien –incluido, evidentemente, el bien común–, practicar la justicia, diferenciar claramente lo superfluo de lo necesario y aplicar el ordo amoris. Todo ello es fruto de un creciente déficit en el reconocimiento y la práctica de la ética de las virtudes.
Analizamos el primero de estos factores: la Productividad Total de los Factores.
La Productividad Total de los Factores (PTF)
La Productividad Total de los Factores (PTF) es un indicador económico que mide la eficiencia con la que se combinan los distintos factores de producción –principalmente trabajo y capital– para generar bienes y servicios. En otras palabras, la PTF refleja qué parte del crecimiento económico no puede atribuirse directamente al aumento del trabajo o del capital, sino a factores como los avances tecnológicos, la mejora en la organización del trabajo, la formación de los trabajadores y las economías de escala.
La PTF depende de múltiples elementos: la calidad de las instituciones políticas, la eficiencia de las administraciones públicas y la seguridad jurídica. Por ejemplo, una administración de justicia ineficiente y colapsada por falta de medios, personal y una organización deficiente impacta negativamente la productividad global de un país.
¿Por qué es tan importante la PTF?
La PTF es clave tanto a nivel nacional como empresarial.
- A nivel de país, una mejora en la PTF indica que la economía genera más valor sin necesidad de incrementar proporcionalmente los recursos, favoreciendo así un crecimiento sostenible y una mayor competitividad internacional.
- Para las empresas, una PTF elevada significa que utilizan sus recursos de forma más eficiente, lo que se traduce en una mayor rentabilidad y una posición más sólida en el mercado.
¿Cómo evoluciona la PTF en Cataluña?
En los últimos años, la PTF en Cataluña ha experimentado preocupantes fluctuaciones. Según datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), en 2023 la PTF tuvo una contribución negativa al crecimiento del PIB de -0,2 puntos porcentuales, aunque el PIB creció un 2,6%. Este crecimiento se basó principalmente en el aumento del factor trabajo (2,2 puntos) y, en menor medida, del capital (0,6 puntos).
Este dato revela una preocupante realidad: el crecimiento económico catalán se basa más en la simple acumulación de recursos que en mejoras de eficiencia o innovación. Si no se cambia esta dinámica, el crecimiento será insostenible a largo plazo.
Cataluña, España y Europa: una comparación necesaria
- Cataluña (2023): La PTF contribuyó negativamente al crecimiento del PIB (-0,2 puntos), aunque éste creció un 2,6%.
- España: La PTF española ha seguido una tendencia descendente en las últimas décadas. Entre 2000 y 2022, la PTF cayó un 7,3%, mientras que en EEUU aumentó un 15,5% y en Alemania un 11,8%. Sin embargo, tras la pandemia, se observó una ligera recuperación (2,71% en 2022 y 1,05% en 2023). Pese a esta mejora, la productividad española sigue por debajo de la media de la UE.
- Unión Europea: En 2024, la UE creció sólo un 0,9%, mientras que EEUU lo hizo un 2,7%. La economía europea se ve afectada por impuestos elevados, una burocracia asfixiante, una regulación que dificulta la competitividad, la presión de la competencia china y unos costes energéticos desorbitados. La inversión en investigación y desarrollo (I+D) en Europa es casi la mitad que en EE.UU., lo que contribuye a su retroceso tecnológico.
Con este escenario, Cataluña y España no sólo están por detrás de la media europea en términos de productividad acumulada, sino que la propia Europa se encuentra en una situación de desventaja respecto a Estados Unidos.
Europa en crisis: una economía que no remonta
El 2024 no fue favorable para Europa. Mientras EEUU creció un 2,7%, la UE apenas logró un 0,9%. Alemania, tradicional motor económico del continente, terminó el año en recesión, y Francia sufrió una crisis política que desembocó en la caída del gobierno.
En los mercados financieros, la diferencia fue aún más notoria: el Eurostoxx 600 se revaloró sólo un 5,4%, mientras que el S&P 500 estadounidense se disparó más de un 23%.
Según las previsiones del Banco Central Europeo (BCE) de diciembre de 2024, la inflación fluctuará en torno al 2% a partir del segundo trimestre de 2025. Pero más allá de este dato, los problemas estructurales de la economía europea persisten y hacen difícil un retorno a la prosperidad.
El reto de la productividad: ¿qué hacer?
El análisis es claro: la PTF europea es superior a la española, pero sigue siendo insuficiente para competir con otras potencias. Esto pone en evidencia el fracaso de los fondos Next Generation EU, que no han logrado el cambio estructural que se pretendía.
La clave para mejorar la PTF pasa por dos grandes líneas de actuación:
- Intervención sobre elementos críticos de las instituciones y la sociedad, como mejoras en la educación y el capital humano, mayor inversión en I+D y una mayor eficiencia institucional.
- Políticas holísticas que exigen planificación rigurosa y una administración competente, algo que actualmente no se da.
Y por encima de todo, el gran problema es que la PTF no está en ninguna agenda política ni mediática. Y así, difícilmente va a cambiar.
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