El Observatorio Europeo de la Droga y las Toxicomanías es una agencia de la Unión Europea que analiza y difunde la situación de las drogas y las adiciones en el seno de los países miembro de la UE. Este año acaba de publicar su informe anual para 2023, y sus conclusiones no podrían ser más inquietantes: Europa está sufriendo una verdadera crisis relacionada con la droga, y que va a más.
Efectivamente, la frase que abre el primer capítulo del informe no podría ser más inquietante: las drogas en Europa tienen un grave impacto «en todas partes, sobre todo, y sobre todos».
Según el Observatorio, prácticamente cualquier sustancia psicoactiva ilícita se puede encontrar en el mercado y los efectos perversos de las drogas afectan a cada uno de los rincones de la sociedad: desde los empleados que no van a trabajar porque se declaran enfermos, hasta trabajadores del sector sanitario superados por la sobrecarga de trabajo, pasando por adolescentes inmersos en las actividades de tráfico y presupuestos de salud pública desbordados. El problema que la droga plantea en Europa es hoy una auténtica crisis social.
En la presentación del informe, la Comisaria Europa por los Asuntos Internos, Ylva Johansson, aseguró estar «profundamente preocupada porque las sustancias que se consumen hoy en Europa pueden ser incluso más perjudiciales para la salud que en el pasado«. Johansson, de Suecia, sabe bien de qué habla ya que su país se encuentra a menudo en la primera página por los problemas con las drogas y su tráfico.
Cifras récord de requisiciones
En la lucha contra el tráfico de drogas, que la policía embargue cantidades inauditas de sustancias ilícitas no tiene por qué ser una buena noticia, ya que es a menudo un indicio de que las entradas se multiplican.
En 2021, las cantidades interceptadas en la UE de resina de cannabis (816 toneladas) y de cannabis herbáceo (256 toneladas) fueron las más elevadas de la última década.
El mismo año, las incautaciones de heroína se multiplicaron por dos respecto al año previo hasta llegar a las 9,5 toneladas, y por su parte Turquía detuvo envíos con rumbo a Europa por un valor récord de 22,2 toneladas.
Las cifras referentes a la cocaína, a las que Converses ya dedicó un artículo hace unos meses, son igualmente inquietantes: en 2021 más de 300 toneladas fueron embargadas, con tres países claramente líderes: Bélgica con 96 toneladas, Países Bajos con 72 y España con 49.
La cocaína es la droga más consumida en Europa y se calcula que más de 3,7 millones de adultos tomaron sólo el año pasado. Los datos preliminares disponibles de entradas de cocaína en Europa para el 2022 apuntan, como Converses ya señaló, que las incautaciones llegarán probablemente a un nuevo récord.
Además, no paran de llegar a los mercados nuevas drogas sintéticas: en 2022, el Observatorio de la UE identificó 41 nuevos compuestos químicos psicoactivos, disparando el número total de estas sustancias que Europa vigila hasta las 930.
El caso de los derivados del cannabis
Otro dato interesante y preocupante a la vez que contiene el informe es el incremento de compuestos sintéticos de cannabinoides, concebidos para operar en la misma parte del cerebro que el cannabis y obtener sus mismos efectos psicoactivos.
La tendencia es inquietante porque estos elementos sintéticos resultan más potentes y por tanto nocivos que el cannabis natural.
Además, se trata de una práctica que llama la atención precisamente en un contexto en el que varios países europeos, como Francia y España, han legalizado la venta de algunos derivados del cannabis, como el CBD (o cannabidiol, un tipo de cannabinoide que supuestamente contiene una dosis muy pequeña de elementos psicoactivos) y se ha podido ver cómo ciudades como Barcelona se han llenado de establecimientos de venta de estos productos.
La frase que abre el primer capítulo del informe no podría ser más inquietante: las drogas en Europa tienen un grave impacto en todas partes, sobre todo, y sobre todo el mundo Share on X