El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, acaba de publicar su “Estrategia de Seguridad Nacional”, un documento clave que el presidente publica una vez por mandato y que establece su visión y prioridades en política internacional.
El documento de 33 páginas, que la Casa Blanca presentó el pasado 4 de diciembre y está disponible en la página web oficial, ha pasado prácticamente desapercibido en los medios de comunicación europeos.
No es de extrañar, ya que la Administración Trump reserva algunas de las constataciones más duras para el Viejo Continente y los que lo gobiernan.
Nada menos, la Estrategia de Seguridad Nacional advierte que Europa colapsará en los próximos veinte años si no se produce un cambio dramático del conjunto de sus políticas.
No se trata de un descalabro militar ante una invasión por parte de Rusia, ni tampoco de una crisis económica de grandes proporciones. Es, así lo afirma literalmente el documento, “la desaparición de la civilización” europea pura y dura.
El texto explica que, más allá de la pérdida de competitividad económica debida a “regulaciones nacionales y transnacionales que debilitan la creatividad y la laboriosidad”, Europa se enfrenta a problemas mucho más graves.
Entre ellos, la Administración estadounidense destaca “las actividades de la UE y otros cuerpos transnacionales que socavan la libertad política y la soberanía, políticas migratorias que están transformando el continente y son generadoras de conflicto, censura de la libertad de palabra y supresión de la oposición política, caída en picado de la natalidad y pérdida de identidades nacionales y autoconfianza».
Se llega incluso a afirmar que «es más que plausible que, dentro de unas escasas décadas como mucho, algunos miembros de la OTAN se convertirán en mayoritariamente no-europeos. Por tanto, es una pregunta abierta si percibirán su lugar en el mundo, o su alianza con Estados Unidos, al igual que aquellos que firmaron la carta de la OTAN».
La Estrategia añade que Estados Unidos desea que Europa “siga siendo europea”, pero expresa también su preocupación ante los gobiernos que, en vez de corregir el rumbo, incrementan el ritmo e intensidad de las políticas que conducen al desastre.
El documento concluye su capítulo europeo estableciendo que “nuestro objetivo debería ser ayudar a Europa a modificar su trayectoria actual”, ya que “Europa sigue siendo estratégica y culturalmente vital para Estados Unidos”.
Sin embargo, Europa no es, claramente, una prioridad estadounidense.
Antes de llegar al Viejo Continente, la Estrategia se centra en el hemisferio occidental y en Asia. En el primer caso, porque resulta clave para conseguir la primera prioridad de la Administración: «poner fin a la era de la migración masiva». A su vez, Asia, en tanto que nuevo centro económico mundial, es esencial para que Estados Unidos “gane su futuro económico”.
En definitiva, la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos debería leerse con extremada atención en toda Europa: quedan sucintas, pero perfectamente descritas, las causas de nuestro declive y la advertencia del futuro que nos espera si no ponemos remedio. Y esta vez, no está nada claro que los estadounidenses vuelvan a desembarcar para sacarnos una tercera vez las castañas del fuego.
Trump, en la Estrategia de Seguridad Nacional advierte que Europa colapsará en los próximos veinte años si no se produce un cambio dramático del conjunto de sus políticas. Compartir en X
