Los datos son inapelables. Se podrá decir que todos los países han tenido problemas ante la pandemia, nada más cierto, como también lo es que existen grandes diferencias en función de cada país, y en nuestro caso como en la Italia de la Lombardía y el Véneto, cara y cruz de la misma moneda, las diferencias también son abrumadoras.
El economista Luis Huete ha elaborado un gráfico que tiene la virtud de reducir el examen de las políticas desplegadas por los distintos países a dos puntos, que son los decisivos. Cuánta gente ha muerto y cuál es la previsión sobre el impacto económico negativo que sufrirán.
El resultado es la tabla siguiente:
Gráfico elaborado por Luis Huete.
En el eje vertical los muertos: a más muertos, más abajo figura el país. Y en el eje horizontal el impacto económico: cuál es el porcentaje de caída del PIB este año según las previsiones publicadas.
Los resultados sitúan los distintos cuarteles. En el primero a la izquierda los países que han protegido bien la vida, pero tiene problemas por la magnitud de su caída económica. Entre ellos destacan Grecia, y son todos países pequeños.
El cuartel superior de la derecha concentra los estados de éxito, digámoslo así, porque junto con la reducida mortalidad unen un menor daño económico. Aquí encontramos países de gran dimensión, como Alemania, Japón y Polonia. La tan criticada Polonia es en realidad un modelo para Europa, más que Alemania y Austria. No es algo inédito. Polonia es un país de éxito en otros muchos aspectos. Por ejemplo, en sus resultados en educación, y también por el nulo impacto de la pasada crisis del 2018. Es la contrafaz española. Algo de bueno hará y tendrá cuando ante pruebas grandes donde la mayoría fracasa (emergencia educativa, Crack del 2008, pandemia), obtiene las mejores notas.
Por debajo, en el cuartel inferior derecho, los países que han tenido una mortalidad importante a cambio de no dañar excesivamente su economía. Estados Unidos claramente, pero también dos claros representantes de la Liga Hanseática, Holanda y Suecia.
Finalmente, los que han fracasado, porque ni han salvado vidas ni a su economía. El cuartel inferior izquierdo. Y ahí desgraciadamente destaca España. La pandemia ha situado la “marca país” por los suelos. España encabeza la doble clasificación: número de muertos por millón de habitantes, y mayor caída del PIB. La posición de Bélgica es engañosa, porque el autor de la tabla ha situado los datos oficiales de cada país, pero Bélgica, es uno de los pocos que contabiliza también -y hace bien- las defunciones en las residencias de ancianos, y en los hogares a causa de la Covid-19. Si aplicásemos el mismo criterio que España, solo con los muertos diagnosticados en los hospitales, retrocedería de manera sensible.
Los datos señalan lo que cada vez más personas percibimos: la gestión de la pandemia ha sido, es, una catástrofe a causa de la mala gestión, y es contraproducente porque nos prepara mal para aprender de los errores, intentar enmascarar bajo el sonsonete, que todos han tenido problemas, porque a la vista está que no es cierto.
Habría otro enfoque posible del gráfico: situar en el eje horizontal, no la caída de PIB del 2020, sino la diferencia resultante entre este resultado y la previsión de remonte para el 2021, porque nos daría una idea de la capacidad de recuperación. Pero también en este caso España ocuparía el último lugar en resultado. ¿Qué hace falta más para establecer conclusiones?
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