La ruptura entre la Unión Soviética y China supuso un punto de inflexión durante la Guerra Fría al separar las dos principales potencias comunistas. Según Gideon Rachman del Financial Times, una ruptura entre la India y China podría ser igual de relevante en lo que cada vez más parece ser una nueva guerra fría entre los Estados Unidos y el gigante asiático.
Hasta ahora, la India ha mantenido una distancia equivalente entre Washington y Pekín. Esta postura geopolítica proviene de la Guerra Fría, cuando Nueva Delhi jugó un papel destacado en el movimiento de los países no alineados – aunque en términos prácticos, el país era más receptivo a Moscú.
El primer ministro conservador Narenda Modi, conocido por su postura nacionalista, ha sido hasta ahora un continuador de la política india de neutralidad en las competiciones entre potencias internacionales. No es de extrañar, si se tiene en cuenta el peso demográfico, económico y militar (la bomba atómica) de la India en el mundo contemporáneo, que le permiten aspirar a una plaza en el exclusivo club de los países estratégicamente independientes en el siglo XXI.
De hecho, desde la elección de Modi en 2014, las relaciones con China han sido fluidas, y han incluido cinco visitas del premier indio a Pekín. En octubre, los líderes de ambos países mantuvieron un nuevo encuentro amigable, tras el cual Modi proclamó «una nueva era de cooperación entre nuestros países».
Pero los recientes enfrentamientos entre las fuerzas armadas chinas e indias en la frontera que comparten ambos países en el Himalaya parecer estar haciendo replantear la posición de Modi. El brutal combate que causó la muerte a una veintena de soldados indios y un número desconocido de bajas del otro bando -Pequín no ha publicado sus cifras para evitar «la ira del pueblo chino» – ha encendido los ánimos en Nueva Delhi.
Los indios se sienten humillados. Pero más allá de los militares muertos, varios analistas han apuntado que China ha adoptado una postura agresiva en el Himalaya, consistente en avanzar poco a poco sus posiciones a lo largo de una frontera mal definida. El pasado viernes, Modi se reunió de urgencia con los líderes de la oposición, un gesto inaudito en un clima político particularmente tenso entre las diferentes fuerzas políticas indias.
Estos encuentros se explican por el consenso extendido por toda la élite política india, según el cual China es una potencia hostil. No solo eso, sino que, además, la mejor manera de contrarrestar la influencia china es acercándose a Washington.
La ansiedad india hacia China ha ido creciendo en los últimos años. Una de las cuestiones que más preocupan a los indios es la relación especial que Pekín ha tejido con el archienemigo de Nueva Delhi, Pakistán. Este país, también vecino inmediato de China, interesa mucho por la posibilidad geográfica que le brinda al ofrecer un acceso al Océano Índico sin tener que pasar por el congestionado estrecho de Malaca.
La expansión comercial y diplomática de China entre los demás vecinos de la India, como Sri Lanka, Bangladesh, Myanmar y Nepal también ha causado conmoción. En 2017 y 2019, la India protestó contra este expansionismo al no enviar un representante de alto nivel a los encuentros de la iniciativa china de la Nueva Ruta de la Seda.
Finalmente, China también asusta a la India por su poder militar netamente superior y por el grado de desarrollo tecnológico, que le ha permitido una mayor autonomía económica y estratégica.
Por su parte, los Estados Unidos se han dado cuenta del potencial de una asociación estratégica con la India, y trabajan activamente desde la presidencia de Obama. Los intercambios y ejercicios militares conjuntos entre los dos países se han multiplicado, y Donald Trump y Modi se reunieron el pasado mes de febrero para avanzar hacia un acuerdo comercial.
Lo más probable es que las posiciones de Washington y Nueva Delhi se sigan acercando. La India participará más activamente en las maniobras estadounidenses en el Océano Índico e intentará deshacerse el máximo posible de la dependencia económica y tecnológica con China, su segundo socio comercial en importancia. A día de hoy, las probabilidades de que el gigante chino Huawei juegue un rol destacado en la construcción de la red 5G india parecen desvanecidas.
A China le debería preocupar el acercamiento de India a los Estados Unidos, que cuentan además con una alianza formal con Japón, la tercera economía mundial.
El archipiélago japonés y el subcontinente indio rodean China geográficamente. Si además se tiene en cuenta su potencial económico, pueden jugar un papel clave en ayudar a los Estados Unidos a contener los esfuerzos de Pekín por convertirse en una superpotencia.
A China le debería preocupar el acercamiento de India a los Estados Unidos, que cuentan además con una alianza formal con Japón, la tercera economía mundial Share on X